Crecimiento empresarial & personal

Todo sobre la gestión de su empresa – All about the management of your company

El siguiente texto es un extracto del libro Todo sobre la gestión de su empresa  (ISBN: 9781644615089) Conocerlo, entenderlo, interpretarlo y ayudarlo, escrito por Esteve Planas Flores, publicado por de Vecchi /DVE ediciones.

Concepto y clases de empresas

Este capítulo inicial está dedicado a definir lo que es una empresa desde un punto de vista económico y como si de un sistema se tratase. A continuación, se presentará una clasificación de las mismas sobre la base de diferentes criterios.

Concepto de empresa

Desde un punto de vista económico, podemos definir la empresa como un sistema en el que se coordinan factores de producción, financiación y comercio (márketing o mercadotecnia) para obtener sus fines.

De la definición anterior se desprende que las principales características que tienen las empresas son las siguientes: a) La empresa es un conjunto de factores de producción —entendiendo como tales los elementos necesarios para producir (materias primas, trabajo, maquinaria, etc.)—, de factores mercadotécnicos (para vender los productos) y de factores financieros —ya que es necesario realizar inversiones que, lógicamente, han de ser financiadas—. Es decir, se deben combinar todos los factores de que disponga la empresa con el fin de que pueda cumplir los objetivos establecidos por su dirección cuando desarrolla la función de planificación.

b) Toda empresa tiene objetivos que constituyen la propia razón de su existencia. Si bien todas las empresas tienen sus propios objetivos, podemos afirmar que todas tienen como objetivo central la maximización de su valor.

c) Los distintos factores que integran la empresa se encuentran coordinados para alcanzar sus fines. Esta coordinación la realiza la dirección o administración de la empresa. La dirección planifica la consecución de los objetivos, organiza los factores, se encarga de que las decisiones se ejecuten, controla las posibles desviaciones entre los resultados obtenidos y los presupuestados y toma las medidas correctoras oportunas. Es decir, la dirección de la empresa debe desarrollar las funciones de planificación, organización, gestión y control que vamos a ir explicando a lo largo del libro.

La empresa como sistema

De lo dicho anteriormente, queda claro que la empresa es un sistema abierto; un sistema que recibe de su entorno una serie de entradas, conocidas técnicamente como inputs (materiales, fondos financieros, etc.), y que envía a su exterior otra serie de salidas, conocidas técnicamente como outputs (productos, etc.).

Si las salidas generadas por la empresa se apartan de ciertos límites, comienza un proceso de retroalimentación o feedback, por el cual se modifican las entradas hasta que las salidas se ajusten a los límites deseados. Es decir, si los productos obtenidos no cumplen los niveles de calidad exigidos, se analiza si se debe a los inputs o al proceso de producción para tomar las medidas correctoras oportunas. Por lo tanto, vemos que el propio sistema se adapta y se autocontrol a para conseguir sus objetivos.

Dentro de la empresa es posible distinguir diferentes subsistemas. Los principales son:

a) Subsistema de dirección y gestión. Su misión principal es conseguir los objetivos de la empresa mediante la aplicación de los factores disponibles, desarrollando las funciones de planificación, organización, gestión y control.

b) Subsistema de financiación e inversión. Su misión principal es la obtención de recursos financieros en las mejores condiciones posibles, así como la aplicación óptima de los mismos.

c) Subsistema de aprovisionamiento y de producción. Su misión principal es la compra de los elementos de producción, así como la transformación de los mismos en productos terminados destinados al mercado.

d) Subsistema de distribución y comercialización. No sólo se encarga de vender los productos sino que también los diseña, teniendo en cuenta las exigencias de los consumidores.

Clases de empresas

Las empresas se pueden clasificar de múltiples formas, dependiendo del criterio escogido para su clasificación. Los principales son los siguientes. Según su tamaño, distinguimos entre:

— empresas pequeñas;

— empresas medianas;

— empresas grandes. Como cifras representativas para dicha clasificación, tendríamos la cifra de ventas, el valor del activo y el número de trabajadores.

Según su actividad, distinguimos entre:  

— empresas del sector primario; dentro de este encontraríamos empresas agrarias, pesqueras, etc.;

— empresas del sector secundario o industrial, tales como empresas metalúrgicas, mineras, etc.; — empresas de servicios, tales como empresas dedicadas al transporte, a la hostelería, a la asesoría, etc. Según el ámbito territorial de su actividad, distinguimos entre:

— empresas locales;

— empresas provinciales;  

— empresas regionales;

— empresas nacionales;

— empresas multinacionales.

Según quien tenga la propiedad, distinguimos entre:

— empresas públicas, en las que el capital es propiedad del Estado o de cualquier organismo público;

— empresas privadas, en las que el capital siempre es propiedad de particulares;

— empresas mixtas, en las que el capital pertenece en parte a entidades públicas y en parte a particulares.

Según su forma jurídica, distinguimos básicamente entre la empresa regida por un empresario individual, que es una persona física, y la empresa social, que es una persona jurídica o sociedad.

El empresario individual se trata de una persona física que realiza una actividad industrial, comercial o profesional. Esta gestiona y controla totalmente el negocio y responde ilimitadamente de las deudas contraídas frente a terceros con todos sus bienes.

Dentro del concepto empresario social, distinguimos entre sociedades civiles (reguladas por el Código Civil) y sociedades mercantiles.

A su vez, las sociedades mercantiles pueden ser: personalistas (la responsabilidad de los socios frente a terceros es ilimitada; es el caso de las sociedades colectivas y las comanditarias simples o por acciones) y las capitalistas (en las que los accionistas o socios no responden personalmente de las deudas de la sociedad; son las sociedades anónimas, las anónimas laborales, las limitadas y las cooperativas).

Las sociedades anónimas y las limitadas son las más frecuentes en nuestro país, debido a la limitación de la responsabilidad que llevan aparejadas.

La empresa y su entorno

Como es lógico, las empresas no pueden actuar con total independencia, como si estuvieran solas en el mercado, ya que existe una serie de elementos externos a ella que limitan y condicionan su actuación. Por ejemplo, la actuación de las empresas está supeditada a cumplir con las leyes dictadas por los organismos públicos, etc. Asimismo, las empresas están condicionadas por la estructura económica en que se encuentran inmersas: es evidente que no es lo mismo establecerse en un país desarrollado, con unas determinadas líneas de comunicación, con unas determinadas posibilidades de financiación, de tecnología, etc., que establecerse en un país subdesarrollado. Todos estos elementos son los que definimos como entorno, el cual vamos a desarrollar en este capítulo. Con el fin de facilitar su estudio, vamos a diferenciar el entorno en:

— entorno genérico;

— entorno específico.

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