Casa & Hogar

El jardín sin esfuerzo – The effortless garden

El siguiente texto es un extracto del libro El jardín sin esfuerzo (ISBN: 9781646998913) Conocerlo, entenderlo, interpretarlo y ayudarlo, escrito por Pierrick Le Jardinier, publicado por de Vecchi /DVE ediciones.

Abajo las arduas tareas de la jardinería

Nuestra época se sitúa bajo el signo del ocio. Aunque eso plantee problemas de organización a las empresas, la reducción de la jornada laboral se empieza a convertir en una realidad en algunos lugares. Ahora bien, quien habla de «tiempo libre» habla de toda una diversidad de actividades de ocio: excursiones, viajes, bricolaje, jardinería, etc.

Lo cual lleva fatalmente a los felices beneficiarios de este excedente de tiempo libre al mismo dilema que tenían antes: la falta de tiempo. Consciente de esta evidencia, se me ocurrió escribir este libro: ¿cómo aprovechar con placer el jardín sin perder demasiado tiempo en cuidarlo? Los articulistas de revistas especializadas y los cronistas de televisión y radio no parecen haber entendido aún que lo que interesa a los lectores y oyentes no es la jardinería… ¡sino el jardín!

Tanto si es verde como si tiene flores, debería requerir tan sólo un mínimo de atenciones. Afortunadamente, un pionero (Larry Hodgson) con el simpático seudónimo de «jardinero perezoso», cronista del periódico Le Soleil y de la emisora Radio-CBC Québec, supo dar respuesta a las nuevas necesidades del público. ¡Se acabó la jardinería trabajosa del pasado!

¡Viva el jardín placentero del tercer milenio! Siguiendo los pasos de este colega canadiense, le propongo en sólo 140 páginas (para que no se canse…) numerosos trucos y astucias de jardinería que permiten sacar más provecho de… la tumbona. Esto es lo que diferencia esta obra de la mayoría de libros de jardinería, destinados a «quienes les gusta sufrir pasando el cortacésped tres veces por semana y recorriendo el césped a cuatro patas en busca de la mínima mala hierba».

Además, si usted está luchando constantemente contra todos los insectos, tanto dañinos como útiles, sin duda preferirá leer las instrucciones de los productos fitosanitarios antes que leer este libro. Por lo menos intente no contaminar demasiado nuestro pla- neta, ya que no tenemos ningún otro de recambio. En cuanto a quienes creen que un seto sólo puede vivir si está «cortado a cepillo», se sorprenderán cuando lean en las siguientes páginas que hay setos de estilo natural, que no se cortan nunca.

Mi libro está dirigido a quienes no consideran la naturaleza un medio hostil, sino una amiga. A quienes no tienen miedo de adentrarse en su jardín en cualquier estación del año, y tanto de día como de noche. En resumen, está dirigido a quienes quieren vivir totalmente en armonía con su jardín, sin contaminar la naturaleza ni destruir la flora y la fauna salvajes: ¡a quienes lo primero que se les ocurre cuando se hacen propietarios de un jardín es encontrar dos árboles lo suficientemente cercanos como para colgar una hamaca!

En el primer capítulo se especificarán las etapas importantes que hay que respetar antes de plantar nada. Y es que hay que saber que al principio se tiene que in vertir un poco de tiempo… para ganar más tiempo después. Aprenderá a hacer el plano del futuro «jardín del perezoso » siguiendo el ejemplo de la naturaleza, a diseñar los caminos para reducir pasos inútiles, a utilizar plantas duraderas, a frenar la extensión de las malas hierbas sin contaminar las capas freáticas y a elegir las herramientas de jardín «ergo nómicas», es decir, más cómodas y más fáciles de utilizar.

En el segundo capítulo se ofrecen unos consejos para reducir al mínimo el mantenimiento de las plantas: alimentarlas sin atiborrarlas, regarlas sin ahogarlas, podarlas de forma sencilla, hacer que se multipliquen fácilmente para ofrecerlas a algún amigo, protegerlas de los parásitos sin contaminar, etc.

Un calendario con las acciones que hay que realizar en cada estación reducirá los esfuerzos de memoria. Por último, en el tercer capítulo, que presenta muchas fotografías, se propone una selección de plantas fáciles de cultivar: árboles y arbustos, plantas vivaces, plantas anuales, bulbos con flor, setos libres y plantas trepadoras, hortalizas, plantas aromáticas y frutales, etc.

Ahora le toca instalarse en su sillón, hamaca o tumbona preferida, lejos del ruido y del estrés del entorno, para descubrir las aventuras del jardinero «enrollado». ¡Viva el jardín placentero! ¡Abajo el jardín trabajoso!

Cómo preparar el terreno para ganar tiempo después

Los trabajos preparatorios Del mismo modo que nunca se construye una casa empezando por el tejado, el diseño de un jardín debe hacerse siguiendo un orden preciso. Algunos jardineros demasiado impacientes no se toman el suficiente tiempo, no respetan las diferentes etapas y se apresuran a ir plantando árboles en el terreno.

Resultado: unos años más tarde tienen que arrancar algunos árboles porque están muy juntos o demasiado cerca de la casa. Una etapa indispensable: la planificación en un papel el proyecto antes de llevarlo a cabo. Y ni siquiera si desea confiar la realización de los trabajos a un paisajista o a una empresa debe saltarse esta etapa. «Un buen esquema vale más que un largo razonamiento».

No hace falta estar muy dotado para el dibujo para ello, ya que existen programas informáticos que permiten elaborar planos de jardín sin que uno sepa dibujar. Veamos a continuación la forma de actuar. Haga un trazado del terreno, incluida la casa, con ayuda de una cinta métrica. Traslade las medidas a una hoja de papel milimetrado (escalas: 1 cm/m para un terreno de más de 1.000 m2 o 4 cm/m para un jardín más peque ño).

Señale con rojo las zonas utilitarias que no puedan acoger plantas (zonas de circulación, rincones de juego de los niños, tendedero de ropa, fosa séptica, almacenaje de madera para la chimenea, etc.). Sombree también las zonas de sombra permanente, que no son buenas para las plantas. También puede señalar la situación de las zonas de media sombra, que podrán acoger algunas plantas favorables para este tipo de exposición.

Asimismo, señale con precisión la situación de equipamientos futuros (aunque su instalación esté escalonada en el tiempo): barbacoas, bancos, galería cerrada, piscina, fuente, estanque, iluminación soterrada, riego integrado, etc. Una vez se hayan localizado las zonas «no cultivables » en el plano, aparecerán las que se desea dedicar al jardín.

Si es usted perfeccionista, traslade al plano todos los parámetros del entorno que puedan influir en el crecimiento de árboles y arbustos: profundidad del terreno, exposición, dirección de los vientos dominantes, vistas que hay que conservar o esconder, medianerías, líneas de alta tensión, etc. Ya sólo faltará colorear de verde el lugar donde se desea plantar césped o plantas tapizantes, solución menos restrictiva en lo que respecta al mantenimiento.

Entonces puede indicar el lugar en el que desea que haya flores, arbustos y árboles. (Compruebe, con las fichas que se presentan en el tercer capítulo, que el clima, el terreno y la exposición son los adecuados). Para los árboles, hay que tener en cuenta que no se pueden plantar muy juntos para que no provoquen aglomeraciones cuando crezcan.

En lo que respecta a la distancia de plantación con relación al límite del jardín, es importante recordar lo si guiente: los arbustos que no superen los 2 m de altura en la etapa adulta deberán ser plantados a más de 50 cm del límite; los arbustos y árboles que superen los 2 m tendrán que ser plantados a más de La preparación del terreno Después de la construcción de la casa, el terreno suele quedar en un estado lamentable: la tierra cultivable de la superficie se ha mezclado con la del subsuelo, poco propicia al cultivo, a menos que se hubiera pedido al conductor de la excavadora que la pusiera a un lado. Empiece desbrozando el terreno.

Arranque y queme las raíces. Evite el uso de herbicidas, ya que permanecen durante mucho tiempo en el suelo y pueden contaminar las aguas subterráneas. Si es necesario, avene y nivele. Antes de fertilizar y abonar la tierra, analícela para conocer sus carencias. Por último, haga un trazado preciso de las dimensiones del terreno y de las eventuales diferencias de nivel. La atención que se otorgue a esta etapa es primordial y requiere un poco de tiempo, pero este se recuperará enseguida.

Las obras de albañilería Un jardín sin mantenimiento presenta una mitad de superficies vegetales y una mitad de superficies duras: terrazas, caminos, etcétera. Al construir las zonas «duras» hay que pensar en integrar los equipamientos que hacen «ahorrar tiempo»: tubos de riego automático, cables eléctricos de la bomba de la piscina y de la iluminación, etc.

Después será demasiado tarde. Para recordar el emplazamiento de los elementos enterrados (cables eléctricos, conductos de riego, fosa séptica, depósito de butano, etc.), márquelos en rojo en el plano. Estas indicaciones le servirán cuando pase a la siguiente etapa: la plantación y la siembra. Evite plantar los árboles demasiado cerca de la fosa séptica, de los circuitos enterrados y de la casa. Las tormentas provocarían menos daños si los árboles se plantaran más lejos de las casas.

La distancia de seguridad corresponde a la altura del árbol adulto más 10 m. La elección de las especies fáciles de mantener se detalla más adelante (véase pág. 57). Para que el jardín presente un bonito aspecto, hay que combinar plantas de diversas formas y colores. El efecto será aún más bello si se reúnen arbustos de la misma especie en grupos de tres o cinco.

Resultan mucho más recomendables los setos mixtos (con flores, de hojas y con frutos decorativos) —que varían según llegan las estaciones—, que los monótonos setos de tuyas, que dan mucho trabajo por tenerse que podar con frecuencia. El césped tradicional no es indispensable y puede ser sustituido (al menos en parte) por otras plantas tapizantes.

Trataremos este tema en el próximo capítulo. En cuanto a las flores, antes que las anuales, que tienen que ser sembradas todos los años, elija las vivaces, que sobreviven varios años. No obstante, ¡a algunas anuales se les ha ocurrido la genial idea de propagar sus semillas por sí solas! (Véanse fichas a partir de la pág. 57).

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