Deporte y salud

Guía de las flores de Bach. Cómo curarse con las flores – Bach flower guide. How to heal with flowers

El siguiente texto es un extracto del libro Guía de las flores de Bach. Cómo curarse con las flores(ISBN: 9781639199068) Conocerlo, entenderlo, interpretarlo y ayudarlo, escrito por Vincenzo Fabrocini y Chiara Fabrocini, publicado por de Vecchi /DVE ediciones.

Edward Bach

La floriterapia, que fue concebida por el inglés Edward Bach (1886-1936), médico homeópata, nace en 1928. Sus principios están expuestos en Liberarse a sí mismo, Curarse a sí mismo y Los doce curadores y otros remedios. Bach parte de una verdad admitida por principio: la enfermedad en su origen no es material, sino que nace de un conflicto de naturaleza psíquica que puede originarse cuando la mente (expresión humana) no obedece al alma (forma divina), que es su guía y ayuda. Para curar el cuerpo hay que curar la mente. Hay que eliminar los miedos, las inquietudes, la ansiedad y otros sentimientos que nos conducen a las puertas de la enfermedad. Las flores conseguirán eliminar estos sentimientos.

Las flores de Bach

No faltan libros sobre las flores de Bach, algunos de gran valor. Muestran un interés genérico por los principios filosóficos, un interés específico por las situaciones psicológicas, un estudio detallado de los aspectos botánicos, y un aspecto interpretativo y anecdótico agradable.

Pero olvidan todo lo que sirve al enfermo: la enfermedad, la causa de la enfermedad (o etiología), el cuadro clínico, la relación entre el síntoma físico y el psíquico; así como enmarcar la alteración de salud dentro del carácter, el temperamento o la personalidad del individuo.

Para terminar, falta el empeño por demostrar de qué forma y por qué los remedios, prescritos para curar alteraciones psíquicas, pueden reactivar la función de un órgano enfermo y ser beneficiosos para el organismo entero.

El camino trazado por Bach

Se debe seguir con extremada exactitud el camino trazado con entusiasmo por Edward Bach, si queremos curarnos o curar a los demás con los remedios florales.  

Hay que remontarse de la alteración física, palpable, real y evidente, a la alteración psíquica, no palpable, vaga, pero intensamente presente en el interior de la persona que sufre una enfermedad corporal.  

En realidad, conviene traducir las sugerencias metodológicas de Bach, por las que, partiendo de un tipo particular de enfermedad del cuerpo, es posible alcanzar el defecto que está en la base (véase el capítulo Curarse a sí mismo). Este <camino hacia atrás> resulta esencial si se quiere permanecer en el dominio de la clínica médica y curar seriamente al enfermo.  

De formas diversas, se conducirá al enfermo por una óptica vaga e incompatible con las orientaciones de la medicina.  

Floriterapia y epistemología

Siguiendo las indicaciones de Bach, que él mismo puso en práctica con el enfermo, será posible establecer incluso un análisis epistemológico médico.

La floriterapia se estudió con método crítico y con características de conocimiento científico, es decir, con bases médico-clínicas y psicológicas; no con máximas de fe dogmática o derivadas de visiones filosóficas o extemporáneo, las cuales ·quede bien claro·, no tienen relación alguna con la fisiología y la patología clínica, ni con la psicología del carácter y la nosología médica.

¿Curarse con flores?

Qué significa ÿcurarse con flores? Hacer medicina, paramedicina, terapia de apoyo a la psicología o a la psicosomática, terapia biológica, medicina esotérica…? O bien se trata de algo neutro, ilusorio, es decir, un <placebo> ? Responder a esta pregunta en la actualidad es un problema.

No encontramos una respuesta convincente en el marco de la clínica médica, ni en la literatura especializada en floriterapia. Y menos aún en la oferta periodística dirigida al gran público ávido de conocimientos.

En general, el discurso está monopolizado por la psique. Miles de palabras fragmentan la esencialidad de los siete estados de ánimo negativos que Bach sitúa en el origen de las enfermedades: miedo, incertidumbre, soledad, apatía, hipersensibilidad, desánimo y altruismo excesivo.

Las enfermedades corporales sólo son analizadas someramente. Se esfuman en el vacío de lo simbólico, se volatilizan en la psicosomatización de lo fácil, sin referencias a las ciencias caracterológicas y psicoanalíticas.

Al lector le interesa…

Al lector no especializado en medicina no le interesan las terapias que juegan al escondite con las palabras y que eluden la respuesta a <su> enfermedad. Le interesa lo concreto, lo palpable, lo curable, encontrar <su> síntoma entre las páginas. El lector está familiarizado con las molestias cotidianas que giran a su alrededor con molesta rutina.

A ello le acompaña un estado de ánimo negativo: miedo, terror, ansiedad, falta de confianza en sí mismo, en los demás, odio, fobia, inquietud, inseguridad, intolerancia, celos, envidia, recelos, rencor e impaciencia.

Son muchos los que le tratan de <enfermo imaginario>, pero él sufre de verdad: se siente como una marioneta enferma, en manos de un titiritero que no conoce.

Queremos enseñar al lector…

1. A controlar los hilos del juego de la salud, tras haber descubierto, mediante un autoanálisis, las modalidades psíquicas negativas del comportamiento que están detrás de sus alteraciones orgánicas.

2. A asociar a una serie de remedios florales liberadores los estados de ánimo subterráneos y pérfidos, que se transforman en un abanico de dolores y que van y vienen sin que entendamos la causa.

3. A consultar, basándose en el conocimiento sobre su propia enfermedad, con el médico de cabecera o con el naturópata experto en floriterapia, manteniéndose alejado de los llamados curanderos.

Con este mensaje le deseamos una buena lectura.

Metodología Y Bases Teóricas

La finalidad práctica de este libro

Aprender a conocerse a sí mismo

Nuestra finalidad es conducir al lector a conocerse mejor a sí mismo, si quiere realmente curarse de sus <achaques> cotidianos.

No debería hacer nunca un drama de sus <enfermedades>, pero tampoco infravalorarlas y olvidarlas banalmente. Deberá aprender a autoanalizarse tomando una cierta distancia, como si se tratara de otra persona.

Deberá buscar <lo que no funciona> en su vida íntima, en los pensamientos y sentimientos; en el comportamiento hacia los demás y hacia sí mismo. Las condiciones negativas del carácter son las que pueden beneficiarse de la acción de una flor terapéutica. Una flor que refleje en sí misma características negativas similares.

Lo explicaremos mejor con un ejemplo. Escojamos una flor de Bach: Holly, el acebo.

Holly, el veneno que se convierte en amor

Esta planta crece hacia arriba, soberbia y hostil, con hojas espinosas y bayas venenosas para el hombre, aunque no para los pájaros, que las pican de buen grado. Las aves no conocen el odio. No son envidiosas, recelosas, vengativas o celosas. El hombre sí lo es y sufre por ello, puesto que dentro de sí mismo también está lo contrario de la envidia y del recelo, de la venganza, del odio y de los celos.

Holly es similar al hombre. Hiere con sus espinas. Mata con el veneno, escondido tras el rojo fascinante de las bayas, que parecen de sangre. Pero Holly también es el símbolo del amor. Lo expresa en primavera con florecillas blancas, salpicadas de rosa; y las perennes guirnaldas de hojas y espinas, en Navidad, para recordar que Cristo nació para amar y que murió por haber amado. La quintaesencia de la flor, el elixir medicamentoso, que representa el <mejor> extracto del alambique de la bondad, transformará en caricias de amor los peores pensamientos de odio, envidia, celos, recelos y venganza.

Escucharse sólo a sí mismo

Para autoconocerse con franqueza, el lector deberá estar solo, frente al espejo del autoanálisis.

Deberá ser libre para interpretar instintos, emociones y pensamientos. En Liberarse a sí mismo, Bach hace una observación de gran importancia. En el momento en que las opiniones de los demás interfieren con las de nuestra mente para influirnos, nos alejaremos del camino correcto y caeremos en la enfermedad, debido a que se ha violado la libertad de pensar y actuar según nuestra conciencia. En primer lugar, debemos liberarnos de cualquier interferencia.

El lector solo, consigo mismo, sabrá relacionar los síntomas de la enfermedad que padece con sus estados de ánimo negativos. Aprenderá a asociar a cualquier estado de ánimo negativo la flor terapéutica más adecuada. Se convencerá de que la enfermedad del cuerpo, sea cual sea su naturaleza, refleja una situación de falta de armonía psíquica entre la mente y el alma, y que la curación tiene sus orígenes en la liberación de dicha desarmonía. Los estados de ánimo negativos no son sólo simples emociones que cada uno experimenta.

Son reacciones existenciales y comportamentales que nosotros escogemos, gracias a nuestro libre arbitrio. Si los responsables de las emociones somos nosotros mismos, no deberíamos estar sometidos a reacciones autodestructivas.

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