La utilización de las velas como fuente de iluminación se remonta a la Antigüedad romana y con esta finalidad se utilizaron hasta el siglo XIX. A continuación, la difusión del petróleo y del acetileno y, por último, la llegada de la luz eléctrica decretaron su declive para tal función. Sin embargo, continuaron empleándose en todas las celebraciones religiosas. En el mundo contemporáneo, las velas se utilizan principalmente en tres ámbitos: en las iglesias, en los cementerios y, finalmente, como complemento de la decoración. Con esta última función las encontramos en las casas, en los restaurantes, en los banquetes y en las fiestas al aire libre y, en general, en todas…