
Mujeres desesperadas libro de cocina. Más de 125 platos jugosos y bocaditos tentadores desperate housewives cookbook – More than 125 juicy dishes and tempting bites
El siguiente texto es un extracto del libro Mujeres desesperadas libro de cocina. Más de 125 platos jugosos y bocaditos tentadores (ISBN: 9781639190201) Conocerlo, entenderlo, interpretarlo y ayudarlo, escrito por Christopher Styler, Scott S. Tobis, et ál., publicado por de Vecchi /DVE ediciones.
Bree
La presentación lo es todo en casa de Bree Van De Kamp. Desde las exclusivas campanadas del timbre de la puerta que le avisan de que han llegado las visitas hasta el elegante estilo que caracteriza cada habitación de su hogar, todo tiene un aspecto perfecto. Y comer en casa de Bree seguro que no es una excepción.
Lo que debe hacerse, debe hacerse bien. O al menos eso es lo que Bree Van De Kamp le ha repetido a su familia un millón de veces. La propia casa no está realmente limpia a menos que esté inmaculada; una fiesta no merece organizarse a menos que todos vayan a pasarlo bien; la comida no merece prepararse a menos que requiera gran habilidad y permita demostrar el talento culinario de Bree. De este modo, en su mundo, la comida no es un asunto de conveniencia, sino que gira en torno a cocer a fuego lento, asar, trinchar, remojar y flambear. Reina de la cocina desde que era pequeña, Bree Van De Kamp se define a sí misma en las obras maestras que crea con la comida. Comenzó siendo la esposa mimada de un doctor a quien ayudó a ascender en el hospital a base de organizar las más perfectas cenas. Después, se convirtió en la amante madre que cada mañana tiene preparado el desayuno caliente y la bolsa del almuerzo de sus hijos llena con las comidas más sabrosas, elaboradas de acuerdo con su natural exigencia. Se convirtió en presidenta de la PTA y de la Junior League porque nadie podía superar a Bree Van De Kamp. Pero con el tiempo todas estas cosas pasaron, y sólo quedó intacta su fama de gran cocinera.
Bree no tiene igual montando la nata con facilidad, y no se lo piensa dos veces a la hora de batir unas claras a punto de nieve, pero nunca haría algo tan poco elegante como un sándwich de atún o abrir una lata de espaguetis precocinados y servirlos a la hora de comer. En el mundo de la comida rápida, de las cenas frente al televisor y del microondas, Bree permanece imperturbable como tributo a los tiempos pasados. Desprecia a las personas que compran ensalada preparada, fruta pelada y cortada, o cualquier tipo de plato congelado. Todavía cree que la comida es una experiencia, tanto la preparación como el consumo, y la no participación plena en su elaboración reduce el disfrute de la comida y de la vida. Una familia no puede considerarse como tal hasta que comparta una comida que haya requerido todo un día de preparación.
Bree también insiste en que la comida debe solucionar cualquier problema que se presente. Si su hija, Danielle, se porta mal, Bree se desahoga batiendo enérgicamente una leche malteada con plátano y chocolate. Si Andrew parece más taciturno de lo normal, le prepara su plato favorito. Su marido y sus hijos siempre consideraron su destreza y su capacidad para el acuerdo como algo natural, lo que resulta irónico, ya que ella siempre tuvo que trabajar duro y esforzarse para complacerlos e impresionarlos.
Últimamente, las ideas preconcebidas que Bree tenía del mundo han cambiado. A veces le parece que lo único a lo que puede aferrarse es a una receta perfectamente ejecutada. El resto de nosotros, meros mortales, sólo existimos como espectadores de las cosas que ella hace… o simplemente tenemos la esperanza de ser invitados a cenar en su casa.
Entrantes
Crema de albahaca
2 puerros medianos
30 g de mantequilla
1 cebolla mediana cortada en dados de 1 cm
750 ml de caldo de pollo (véase página 37) o envasado
1 manojo de albahaca
200 ml de crema de leche
zumo de limón
pimienta negra recién molida
sal
1. Limpie los puerros de raíces y de su parte verde. Practique un corte longitudinal y, bajo el chorro de agua fría, lávelos para eliminar toda la arena. A continuación, córtelos en trozos de poco más de 1 cm y escúrralos bien.
2. En una olla al fuego disponga la mantequilla y rehogue la cebolla y los puerros. Remueva bien y prosiga la cocción hasta que los puerros estén blandos y la cebolla empiece a transparentarse (unos 8 minutos). Agregue el caldo, avive el fuego y lleve a ebullición. Reduzca la llama para cocer a fuego lento, con la olla tapada, durante 5 minutos.
3. Cuele el líquido obtenido y dispóngalo en un bol. En el vaso mezclador coloque la cebolla y el puerro y triture a poca velocidad hasta obtener una crema fina y añada parte del líquido filtrado. Si va a servir la crema inmediatamente, agregue la albahaca y triture hasta que se integre. Vierta la mezcla en la olla y añada el resto de líquido que queda en el bol. Caliente hasta que se inicie la ebullición y añada 125 ml de crema de leche. Pruébela y agregue nata a su gusto sin sobrepasar los 200 ml. Salpimiente y vierta un poco de zumo de limón. Si desea preparar la crema con antelación, mezcle el puré de puerros y cebolla (antes de añadir la albahaca) con el líquido que contiene el bol. Puede mantenerla en el frigorífico unos dos días. Antes de servir triture la mitad de la base con la albahaca e incorpore el resto de la crema. Caliente, salpimiente y sirva tal y como se ha indicado anteriormente.
Crema de albahaca fría
Elabore la sopa base y deje enfriar tal y como se ha indicado. Cuando esté fría, mezcle la base con la albahaca hasta obtener una crema fina. Agregue la crema de leche y sazone con sal, pimienta y zumo de limón al gusto.
Crema de tomate

Es una sopa elegante, aterciopelada y muy sabrosa. Puede servirse sola, con un chorrito de nata y un tallito de eneldo, o con picatostes. Al ser sofisticada y elegante y poder elaborarse totalmente con antelación, resulta la elección perfecta como entrante en una cena de celebración.
2 tallos pequeños de apio finamente picados
2 puerros medianos limpios (véase página 5) y finamente picados
2 latas de tomates enteros con su jugo
45 g de mantequilla
100 ml de nata líquida
jerez seco
pimienta negra recién molida
sal
1. En una cazuela grande a fuego medio caliente la mantequilla hasta que comience a dorarse. Añada el apio, los puerros y cueza, removiendo, hasta que estén blandos (unos 5 minutos). Mientras, disponga los tomates en un bol y elimine las semillas. A continuación, escúrralos con las manos.
2. Añada unos 60 ml de jerez a la cazuela, lleve a ebullición, y cueza hasta que se haya evaporado por completo. Agregue los tomates y el líquido y lleve de nuevo a ebullición. Reduzca la llama y prosiga la cocción suavemente, con la cazuela tapada, durante 20 minutos. Una vez cocido, aparte del fuego y deje enfriar hasta que alcance la temperatura ambiente.
3. En un vaso mezclador triture el compuesto hasta obtener una crema homogénea. Cuele la sopa, presionando con el dorso de una cuchara para apurarla bien, y lleve a una cacerola de tamaño suficiente. Finalmente incorpore la nata líquida. Llegado este punto, la sopa podría conservarse durante dos días.
4. Caliente la crema a fuego suave, añada un poco de jerez y rectifique la sal y la pimienta. Sirva caliente.
Ensalada de lechuga con nueces, queso azul y naranjas
Las ensaladas resultan muy atractivas porque cada bocado es un estallido de sabores, texturas y colores. He aquí un ejemplo, con una mezcla dulce, especiada y crujiente. Las nueces tostadas picantes constituyen un delicioso bocado para todos.

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