¡Feliz Año Nuevo! Año nuevo, nuevo tú

Hoy en día se produce de forma continua una paradoja en la transmisión de la información en las empresas que puede crear problemas importantes. A diferencia de lo que ocurría antiguamente, cuando todo debía transmitirse de memoria o, en los casos afortunados en que las personas sabían leer y escribir, ponerse por escrito, hoy se asiste a una doble tendencia, creada y favorecida por la tecnología moderna. Por un lado, instrumentos cada vez más sofisticados permiten memorizar las cantidades ingentes de datos generadas por el desarrollo sin precedentes de la sociedad moderna; por otro, precisamente a consecuencia de esa tendencia, son cada vez menos las personas capaces de recordar esta masa enorme de información. La mayoría de la gente recurre a los soportes magnéticos, a las grabaciones de audio o vídeo, a los apuntes electrónicos escritos en PDA o dictados a la memoria de los teléfonos móviles más vanguardistas.

Por este motivo, hoy, a causa del enorme bombardeo mediático e informativo al que estamos sometidos y a la complejidad de la información disponible, puede resultar útil aprender de nuevo las reglas mnemotécnicas que durante milenios han utilizado todos aquellos que debían actuar en contacto con los demás, comprendiéndoles y convenciéndoles con sus cualidades de memoria.

A la objeción de algunos que afirman que bastaría con saber localizarla información correcta, responderé preguntando de qué forma es posible, durante una reunión o un brainstorming, recuperar en un plazo muy corto la información fundamental que necesitamos, recordar los nombres de los participantes en la reunión, catalogar los comportamientos no verbales de los presentes, registrar lo que se dice, tomar nota de las propias preguntas y defender con éxito una causa sin haber desarrollado unas estrategias mnemotécnicas adecuadas.

No se tiene tiempo material para localizar en otra parte la información, ni siquiera si se utiliza la PDA conectada sin cables con el banco de datos empresariales o con internet: la búsqueda conlleva cierto esfuerzo y, en cualquier caso, causa distracción, con la consiguiente pérdida de información valiosa.

En los últimos años se han multiplicado también las ocasiones de encuentro y discusión, por ejemplo las reuniones y congresos, que constituyen una oportunidad única para interactuar con los demás, intercambiar información, participar en debates y recabar datos útiles que aún no están presentes en internet ni en la bibliografía especializada. Un orador preparado, con excelentes cualidades mnemotécnicas, será capaz de obtener el efecto de comunicación o de convicción deseado, mientras que un ponente con poca memoria tendrá dificultades, tanto en la fase de exposición como en la de debate: todos conocemos a ponentes que, ante una pregunta específica, se pierden en el intento de encontrarla información que desean comunicar en el texto de su propia presentación o en las diapositivas, por no hablar de la posibilidad (mucho más habitual de lo que se imagina) del fallo completo de los equipos técnicos más sofisticados, ¡que obliga al ponente a prescindir de todos los soportes tecnológicos y enfrentarse al público sólo con su memoria y su oratoria!

Aunque unos están más dotados que otros y muestran prodigiosas cualidades de memoria, la mayoría de quienes deben memorizar algo tienen capacidades normales. En efecto, son empleados, directivos, profesionales, estudiantes, investigadores, vendedores, jubilados… que poseen una memoria normal, mediocre o incluso muy reducida.

Este libro se ha escrito para ellos, con el objetivo de explicar cómo funciona la memoria y sobre todo de ayudar a quien lo desee a mejorar su capacidad de memorización. Cualquiera puede realizar la labor que proponemos, pero deseamos subrayar un aspecto esencial: aunque puede contribuirse a mejorar las técnicas de memorización, nada puede hacerse sin la participación activa de quien desea aprender. Se dice que buscar un nuevo trabajo es, en sí, un auténtico trabajo. Del mismo modo, aprender a recordar requiere un esfuerzo considerable de la mente, que deberá estimularse de forma adecuada y continuada.