
Guía visual de las razas caninas – El carácter del perro – Visual guide of dog breeds
El siguiente texto es un extracto del libro Guía visual de las razas caninas(ISBN: 9781644615768) Conocerlo, entenderlo, interpretarlo y ayudarlo, escrito por Valeria Rossi, publicado por de Vecchi /DVE ediciones.
Un panorama fascinante
El hombre ha seleccionado más de 300 razas caninas a lo largo de siglos de convivencia con este animal que lo ha acompañado más que ningún otro. A partir del momento en que surgió la idea de llevar a cabo una selección que no fuera natural, al perro se le fueron encomendando tareas específicas: ayudó al hombre a guiar los rebaños, lo defendió de los ataques de los enemigos o de otros animales, custodió su casa y sus propiedades, lo acompañó a cazar animales que corrían o se escondían en madrigueras, sin olvidar que también ayudó a los pueblos nómadas a trasladar sus bienes.
Sin embargo, la selección humana no ha hecho más que actuar sobre un patrimonio que ya había sido modelado por la selección natural. Las diferencias geográficas en cuanto al clima o la conformación del territorio, por ejemplo, ya habían dado lugar a una sorprendente variedad de perros, que posteriormente el hombre destinó a diversas tareas.
A partir del siglo XIX se empezaron a celebrar, sobre todo en Gran Bretaña, exposiciones cinófilas que sentaron las bases de la selección con un nivel de especialización muy alto.

Las exposiciones constituyen, todavía hoy, un punto de referencia fundamental para los criadores en su trabajo para mejorar las razas. En efecto, el objetivo de la cinofilia, una actividad organizada y regulada por organismos oficiales, es fijar las características somáticas y de comportamiento deseables en las distintas razas.
En el perro de raza, las características de fiabilidad y adaptabilidad a la vida junto al hombre son muy previsibles, y uno de los objetivos con los que se trabaja es lograr que el animal lleve una vida digna junto a su dueño. A las funciones utilitarias que dieron pie al inicio de la selección (y que hoy en gran parte se tienen menos en cuenta) hay que añadir una no menos importante: la de ser simplemente amigo y compañero del hombre.
Este libro proporciona una completa selección de imágenes de todas las razas caninas, que constituyen un sorprendente conjunto de formas y colores; así, el lector podrá verlas y compararlas. Pero también tiene como objetivo ser un primer estímulo, una primera fuente de información y una invitación para visitar exposiciones, conversar con criadores o leer monografías y libros especializados que hablen sobre una sola raza en concreto, para conocerla mejor y así poder elegir correctamente el perro que se desea tener al lado.
La morfología

Al abrir cualquier libro de anatomía canina nos encontraremos con términos como sagital, medial o caudal, que hacen referencia a la situación de órganos o partes del cuerpo del perro siguiendo el esquema de un mapa constituido por tres planos, cada uno de los cuales divide en dos el cuerpo del can.
El plano sagital mediano divide el cuerpo verticalmente y en sentido longitudinal en dos partes: derecha e izquierda.
El plano transversal medianocorta transversalmente el cuerpo, dividiéndolo en dos partes de igual medida: todo lo que se encuentra en dirección a la cabeza recibe el nombre de craneal, y todo lo que queda en dirección a la cola se denomina caudal.
El tercer plano ideal que corta el cuerpo en sentido transversal, a lo largo de la columna vertebral, dividiéndolo en una región inferior y otra superior, recibe el nombre de plano horizontal mediano. La región superior se denomina dorsal, y la inferior ventral.
Si observamos a nuestro perro, parado o en movimiento, la descripción que nos sugerirá será la morfológica, que divide su cuerpo en cabeza, tronco y extremidades.
Y es así precisamente como se hace en zoología.
El cuerpo del perro, como el de cualquier otro animal, está cubierto totalmente de piel, que junto al pelo, las uñas y algunos tipos de glándulas constituye el aparato tegumentario.
La parte superficial de la piel es la epidermis, mientras que la más interna es la dermis.
En la dermis están fijados los pelos del manto, que tienen la función de proteger al animal de los efectos de la intemperie, así como de cortes y abrasiones.
El brillo y la cantidad de pelo, así como la elasticidad de la piel, dependen de la edad, del clima y del estado de salud.
El pelo es un filamento elástico, córneo, flexible, que contiene una proteína llamada queratina. Está protegido por una sustancia grasa denominada sebo, que es secretada por unas pequeñas glándulas: las glándulas sebáceas. Puede erizarse gracias a la contracción de un músculo situado en la base, especialmente en los momentos de fuerte tensión (por ejemplo, en caso de agresión).
El crecimiento del pelo está regulado por hormonas y por otros factores; no es continuo, sino cíclico, y se renueva totalmente en otoño y en primavera. Esta renovación total recibe el nombre de muda.
En el hocico y en el contorno de los ojos encontramos unos pelos táctiles que permiten al perro percibir objetos muy próximos incluso en la oscuridad.
Dado que el perro libera casi todo el exceso de humedad corporal a través de la lengua, la importancia de las glándulas de la piel es escasa. En cambio, son muy importantes las glándulas mamarias, que están dispuestas en dos cordones paralelos entre sí entre las regiones axilar e inguinal, y que generalmente son cinco en cada lado.
El aparato locomotor

Huesos y músculos son los responsables de que el perro se mueva y se mantenga en pie: el esqueleto representa la estructura portante, en tanto que los músculos imprimen la fuerza motriz necesaria para el movimiento.
El esqueleto se divide en tres partes: cabeza, tronco y extremidades.
La cabeza constituye una parte anatómica muy importante desde el punto de vista funcional y morfológico. En ella se localizan todos los órganos sensoriales: la vista, el oído, el gusto, el olfato y el tacto (naturalmente este último se extiende también al resto del cuerpo). Además, los huesos del cráneo tienen la función de proteger el cerebro.
La tipicidad de una raza está determinada principalmente por la cabeza (aunque no cabe duda de que cuerpo y manto son muy importantes): la forma del cráneo, la longitud del hocico y la rección de sus paredes, la relación entre los ejes craneofaciales, la posición de los ojos y su forma, el porte de las orejas, el labio, el cierre de los arcos dentales y el desarrollo de las masas musculares son factores que hacen posible que viendo la cabeza de un perro podamos determinar su raza.
La cabeza está formada por numerosos huesos. En el contexto de la diferenciación entre razas, nos interesan los que pueden aparecer mencionados en el estándar o en los informes de los jueces en las exposiciones: el hueso occipital, con la cresta homónima; el hueso frontal, con los senos frontales; el parietal y el temporal, con el proceso cigomático; el hueso cigomático, con su arco (los extremos —derecho e izquierdo— del arco cigomático son los puntos en donde el cráneo presenta una anchura mayor).
Unida al cráneo se halla la columna vertebral, que en el perro está constituida por siete vértebras cervicales, trece dorsales, siete lumbares, tres sacras y veinte o veintidós caudales (o coxígeas).
Las siete vértebras cervicales constituyen la base del cuello.
Las cinco primeras vértebras dorsales o torácicas (reciben este nombre por su conexión con las costillas), con las respectivas apófisis, forman la base anatómica de la cruz; las ocho vértebras dorsales restantes se encargan de sostener el impulso transmitido por el tren posterior al tren anterior.
Las siete vértebras lumbares forman la base esquelética del lomo.
Esta es siempre la región del cuerpo más débil, porque está unida al dorso y a la grupa únicamente con músculos y ligamentos (además, naturalmente, de las articulaciones intervertebrales). Por este motivo debe ser corta, levemente convexa, ancha y musculosa.
Las tres vértebras sacras están soldadas entre sí y forman la base anatómica de la cadera. La base anatómica de la cola está formada por las 20-22 vértebras caudales o coxígeas que completan la columna vertebral.
La columna vertebral contiene en su interior la médula espinal, de la que se irradian numerosos nervios que se distribuyen por todo el cuerpo y transportan impulsos nerviosos del cerebro a la periferia, y sensaciones de la periferia al cerebro.
De las vértebras torácicas parten las costillas, que se unen por la parte inferior en el esternón y forman la caja torácica, cuya función es contener órganos importantísimos como son los pulmones y el corazón.
Las tres vértebras sacras forman, conjuntamente con el hueso de la pelvis, la cadera o cintura pélvica, y con los músculos superficiales medios y profundos constituyen la región conocida con el nombre de grupa. Esta región es fundamental, ya que es el centro de producción de fuerza y el de conexión entre las extremidades posteriores —que son las que se encargan del empuje— y la columna vertebral —que transmite el movimiento a todo el cuerpo.
Las extremidades son muy importantes desde el punto de vista mecánico, ya que con la flexión y la extensión de sus partes posibilitan el movimiento del perro.
El movimiento se produce por la acción de los músculos que, sirviéndose de los tendones, actúan sobre los huesos, que a su vez funcionan como palancas.
Finalmente cabe citar también los músculos circulares, que abren y cierran orificios, y reciben el nombre de esfínteres.
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