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Curso rápido para tocar teclados – Quick course to play keyboards

El siguiente texto es un extracto del libro Curso rápido para tocar teclados(ISBN: 9781639192816) Conocerlo, entenderlo, interpretarlo y ayudarlo, escrito por Cesare Regazzoni y Francesco Roda, publicado por de Vecchi /DVE ediciones.

Historia de los teclados

Para aprender a tocar un teclado eléctrico es preciso conocer un poco, por lo menos en sus detalles más sobresalientes, la historia de los instrumentos de tecla, tal vez los más importantes hoy en día a causa de su presencia en el desarrollo de la composición musical. Su progresiva configuración y versatilidad les ha ido convirtiendo en el compañero inseparable de muchos compositores.

Si bien estos instrumentos forman una familia relativamente amplia, en este capítulo nos centraremos en la historia de los dos más difundidos: el piano y el órgano. La única característica que los une es precisamente la presencia de un teclado, siendo los dos, por lo demás, completamente distintos.

Los modernos teclados electrónicos, sin embargo, han conseguido aunarlos, pudiendo reproducir sus timbres con bastante precisión pulsando una simple tecla. Los más sofisticados, además, permiten interpretar piezas como si de una espineta o un clavicémbalo se tratara.

Con todo, y a pesar de que existen teclados equipados con tarjetas midi que permiten obtener una gran calidad de sonido, el timbre de los instrumentos originales, con sus matices de madera y metal, nunca podrán ser reproducidos con la misma exactitud. El bello sonido de un piano de cola bien afinado cuando oscila por un auditorio es a todas luces inimitable, al igual que el misterio que se produce al escuchar el eco de una nota brevemente pulsada o el sobrecogimiento que inspira la escucha de la resonancia de las notas de una fuga interpretada en el órgano inmersos en la penumbra de una antigua catedral.

Desgraciadamente, estas oportunidades son bastante raras para todos. Incluso viene siendo cada vez más frecuente escuchar en muchas grabaciones grandes arreglos musicales ejecutados por un sintetizador.

Los orígenes: el piano

El piano nació en el año 1698 de la mano de Bartolomeo Cristofori, un constructor de clavicémbalos al servicio de los Medici de Florencia. El clavicémbalo era un instrumento similar al piano moderno de cola, aunque de dimensiones más pequeñas y en cuyo interior había una serie de cuerdas que se pellizcaban cada vez que se pulsaba una tecla, obteniéndose un sonido muy similar al de la guitarra. Gozó de una gran aceptación a lo largo de casi doscientos años: hasta la mitad del siglo XVIII fue el instrumento principal de la música profana. Sin embargo, poseía graves limitaciones: las teclas, al pellizcar las cuerdas a través de la pluma, ofrecían siempre el mismo sonido, sin poder variar la intensidad. El piano nació en cierta manera buscando ese nuevo matiz, de ahí que fuese bautizado en un primer momento como <clavicémbalo para tocar piano y forte>. Las plumas que pellizcaban las cuerdas se sustituyeron por unos macillos que las golpeaban; de esta forma, el intérprete podía tocar delicadamente las teclas y obtener el piano o tocar con más fuerza y obtener el forte.

Sin embargo, no gozó de la aceptación que se esperaba. El instrumento, en comparación con el actual, era todavía muy rudimentario y no permitía interpretar piezas con la soltura deseada, por lo que quedó un tanto olvidado durante unos cincuenta años. Bach lo probó pero continuó prefiriendo el clavicémbalo, por su sonido más incisivo. De hecho, una sus obras más logradas, El clave bien temperado, investiga todos los recursos formales que ofrecía tal instrumento. Fueron Mozart y sobre todo Beethoven quienes dieron un impulso enorme al nuevo instrumento que durante ese periodo de tiempo había comenzado a apreciarse cada vez más. No obstante, el piano que se tocaba en tiempos de Mozart era un instrumento que todavía disponía de un número de teclas mucho menor que el actual, si bien el sonido era bastante parecido. Él mismo se convirtió en un intérprete muy hábil de este instrumento, para el cual escribió sonatas, música de cámara y muchos conciertos para piano y orquesta. La relación entre Beethoven y el piano fue realmente fecunda: sus conciertos, pero sobre todo las treinta y dos sonatas, son un monumento de enorme riqueza inventiva, en las que el autor volcó toda su pasión y fantasía, alcanzando cotas que muy pocos compositores han llegado a vislumbrar. Debido a su habilidad como pianista, recibía numerosas invitaciones para probar nuevos modelos de piano y comprobar su timbre e intensidad. A pesar de todo, hay que tener en cuenta que en aquella época no se había inventado todavía el armazón metálico que ayudaba a mantener la tensión de las cuerdas, por lo que el sonido era mucho más apagado de lo que podemos suponer cuando escuchamos una pieza interpretada con instrumentos actuales.

Fueron los músicos románticos los que desarrollaron al máximo la técnica y los recursos del instrumento. Franz Schubert, el más directo continuador de Beethoven, cuya música se distingue por ser más íntima y delicada, fue autor de muchas composiciones para voz y piano (los famosos Lieder), de fragmentos para piano solo y de música de cámara para piano. Otros compositores y virtuosos fueron Félix Mendelssohn, que escribió las Roman z as sin palabras; Frederic Chopin, que supo fundir en sus composiciones(Polcas, Estudios, Nocturnos) una enorme riqueza poética y una gran técnica pianística y el soberbio Franz Liszt, autor de maravillosos fragmentos de una enorme dificultad en la ejecución, entre los que destaca su Danza de la Muerte.

Otros dos músicos, Claude Debussy y Maurice Ravel, escribieron para el piano diversas obras destinadas a señalar un capítulo importante en la historia del instrumento. Integrantes de la llamada escuela impresionista, en su música prevalecían las atmósferas soñadoras y un amplio uso del pedal de resonancia, modulando hasta el silencio los ecos y la cadencia de las notas, extrayendo la máxima significación de cada matiz, al igual que sus homónimos en la pintura.

Serguei Prokofiev empezó a utilizar el piano como un verdadero instrumento de percusión. Junto a otros muchos músicos rusos quiso buscar nuevas sonoridades del instrumento; a ellas se le unieron también las sugestivas influencias de la música popular; pero no se puede negar que la época dorada del instrumento ya se había terminado. Steve Reich y sus Six Pianos, al experimentar con las técnicas de desfase y aleatoriedad de masas tímbricas, es tal vez el último exponente digno de mención en el campo de la composición pianística.

El piano fue dejando poco a poco los auditorios y salas de concierto para pasar a los clubes de jazz, en cuyas melodías desarrolla a menudo el papel de guía en el conjunto de la gran orquesta al tejer con la sección rítmica (batería, contrabajo, guitarra) y los instrumentos melódicos (trombas, trombones y saxófonos) un entramado sobre el cual los diferentes intérpretes pueden improvisar libremente. De hecho, muy a menudo el propio director de la orquesta suele ser el pianista, quien determina el compás y da la entrada y la salida a cada una de las secciones o instrumentos. Nombres como Jerry Roll Morton, Duke Ellington, Thelonious Monk, Herbie Hancocko Keith Jarrett han destacado por encima de la media, pudiéndose comparar a los grandes virtuosos de la música clásica, entre los cuales destaca, sin lugar a dudas, el gran pianista canadiense Glenn Gould, cuya interpretación de las Variaciones Goldberg revolucionó la técnica pianística.

Actualmente existen dos tipos de piano: el vertical, apto para los ambientes domésticos y utilizado como instrumento de estudio o de entretenimiento, y el de cola, utilizado en las salas de concierto y en los estudios de grabación. El primero, mucho más asequible y cómodo a causa de su tamaño, es el instrumento más adecuado para el hogar, mientras que el otro, por su refinamiento y prestancia, está reservado sólo para las celebraciones más solemnes. El vertical se apreciaba mucho en las casas burguesas del siglo XIX y de principios del XX como instrumento de entretenimiento en las fiestas, en las cenas de amigos y en las celebraciones familiares. En la actualidad su lugar ha sido usurpado por otros instrumentos mucho menos artísticos como la radio y el vídeo y su utilización es más limitada. En cambio, el piano de cola es imprescindible para la ejecución del repertorio clásico, ya que es el único que puede garantizar las mejores sonoridades y un volumen de sonido más consistente.

Como ya se ha mencionado antes, el piano está compuesto de una serie de cuerdas que vibran al ser golpeadas por unos macillos conectados a unas teclas; cada una posee también un amortiguador que interrumpe el sonido de las cuerdas cuando el dedo se levanta. Para proporcionar mayor intensidad cada tecla dispone de tres cuerdas que vibran juntas al ser golpeadas, a excepción de las graves, que sólo disponen de una o dos según los casos. Por lo tanto, para las ochenta y ocho teclas que suele tener un piano, suele haber unas doscientas cuerdas que deben afinarse cada cierto tiempo. Su tracción es tan fuerte, que es necesario un resistente armazón de metal para soportarla y una caja de resonancia de pino o abeto para conducir y ampliar el sonido.

El pedal de resonancia, que levanta todos los amortiguadores de las cuerdas y permite que vibren incluso cuando los dedos se levantan de las teclas, es capaz de producir un sonido prolongado y lleno de armonía, si bien debe usarse con parsimonia para no empastar en exceso el sonido. Para poder tocar con la entonación correcta, el piano tiene que ser afinado periódicamente por un experto.

La tradición: el órgano

El otro noble antepasado del moderno teclado eléctrico es el órgano. Se trata de un instrumento todavía más antiguo que el piano. En su forma más rudimentaria se encontraba ya presente en el siglo III a. de C., concretamente en la ciudad egipcia de Alejandría. Se trataba de un modelo hidráulico con un funcionamiento muy ingenioso: la presión ejercida por una columna de agua comprimía el aire hasta hacer sonar una serie de tubos. En la Edad Media existía · son testimonio de ello numerosos frescos· un tipo de órgano llamado <portativo>, es decir portátil. Sobre una base se colocaban por un lado un fuelle para bombear el aire, y por el otro una serie de pequeñas teclas; en la parte superior se colocaban los tubos, uno por cada tecla. De este primer modelo se pasó al órgano <positivo>, es decir estable, que disponía de más filas de tubos de distinta forma y material; cada serie de tubos recibía el nombre de <registro>. Este nuevo modelo disponía además de más teclados para obtener simultáneamente distintos sonidos y poseía un juego de pedales para las notas más graves, de modo que mientras el organista tocaba el instrumento, otra persona se dedicaba a accionar los fuelles. También en esta fase es difícil proporcionar una descripción detallada del instrumento, porque las variantes podían ser prácticamente infinitas. El órgano se podía configurar de distintas maneras, según la habilidad del constructor, de la cantidad de dinero que estaba dispuesto a invertir quien lo encargaba (la iglesia, la catedral o el ayuntamiento) y, finalmente, de las dimensiones del lugar al que se destinaba el instrumento. Como puede pensarse, en los órganos que todavía funcionan en Europa y en el resto del mundo, la época deconstrucción es determinante; es fácil darse cuenta de que existen grandes diferencias entre los instrumentos del siglo XVII, del XVIII y del XIX.

En su configuración clásica, el instrumento posee algunas partes fundamentales. El depósito de aire, la somière (donde el aire se introduce en la base de los tubos), la consola (que comprende los teclados, el juego de pedales y los comandos de los registros) y los tubos (reunidos en distintos órdenes y reagrupaciones).Indudablemente, una de las partes más fascinantes del instrumento son los tubos, construidos en madera o metal. Entre los metálicos, que son la mayoría, existen muchas diferencias: la preponderancia de estaño en la aleación metálica de que están hechos confiere un sonido brillante; si en cambio prevalece el plomo, el timbre será mucho más oscuro. Otra diferencia la proporciona la forma y el funcionamiento: existen tubos abiertos, otros cerrados en la parte superior; la mayoría de ellos tiene una embocadura que imita muy bien el sonido de la flauta y, a veces, incluso el de los instrumentos con arco. También existen tubos de lengüeta que funcionan haciendo vibrar una lámina colocada en la embocadura del tubo; pudiendo imitar el sonido del clarinete, del oboe, de la tromba, etc.

Una particularidad interesante tiene que ver con la diferencia entre los tubos del <gran órgano>, que comprende los tubos que permanecen más a la vista y que poseen el sonido más potente y claro, y los del <órgano expresivo>,que comprende esas series de registros que se encuentran en el interior de un armario de madera y cuyo sonido puede modularse a través de un pedal que abre o cierra unas puertecillas por donde puede escucharse el instrumento con mayor o menor intensidad. Se trata, sin duda alguna, de un antepasado del pedal de volumen.

La riqueza de este instrumento se encuentra en que el órgano, incluso silo toca un único intérprete, tiene la posibilidad de reproducir el sonido de una orquesta al completo. Cada registro, de hecho, posee el sonido de un instrumento distinto y el organista es capaz de hacer sonar muchos registro sal mismo tiempo.

El órgano es capaz de producir sonidos muy potentes, pero también timbres tenues y delicados; por esto se trata realmente de un instrumento particular que se utiliza para subrayar tanto los momentos de solemnidad como los de meditación. Grandes solistas del pasado fueron Pietro Landino, llamado <el Ciego de los órganos>, y Girolamo Frescobaldi. Pero entre todos destaca el gran Johann Sebastian Bach, autor de las más grandes obras para este instrumento. Entre los autores del siglo XIX recordamos a Félix Mendelssohn y César Frank, si bien son muchos los compositores que han dejado estupendas páginas para este instrumento. Por sus características expresivas, se puede decir que el órgano de tubos es el antepasado más directo del teclado electrónico al anticipar los contenidos expresivos y la concepción multitímbrica que han prefigurado el desarrollo de este último.

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