
Setos vivos – Live hedges
El siguiente texto es un extracto del libro Setos vivos (ISBN: 9781646999316) Conocerlo, entenderlo, interpretarlo y ayudarlo, escrito por Bernard Gambier, publicado por de Vecchi /DVE ediciones.
Introducción

Hasta mediados del siglo pasado, los setos de jardín se formaban fundamentalmente con plantas de origen local obtenidas en la propia naturaleza, a imagen y semejanza de los setos silvestres. Sólo los parques y jardines clásicos disponían de setos de carpes, tejos y bojes cuidadosamente mantenidos.
Esta situación evolucionó rápidamente después de la segunda guerra mundial. Plantas fáciles de producir como el laurel cerezo, la tuya, el cedrón y, sobre todo, el ciprés de Leyland sustituyeron rápidamente a los arbustos autóctonos en la mayoría de las nuevas plantaciones, especialmente por su carácter resistente. La extrema fragilidad de estas plantas producidas en masa mediante la clonación las hace especialmente sensibles a los cambios climáticos, a las enfermedades y a los insectos; los setos de una sola especie favorecen la propagación de las plagas. Al parecer, su perennidad es incierta. Desde la década de los ochenta, los vi veristas han comenzado a ofrecer arbustos ornamentales de hoja perenne. Plantados inicialmente en alineaciones de una sola especie, más tarde se utilizaron en combinación con nuevas especies y variedades de hojas variegadas1 o doradas; estos llamativos arbustos forman composiciones incongruentes cuando se plantan sin la adecuada integración paisajística. Cabe denunciar, a este respecto, que los profesionales comercialicen bajo la denominación seto campestre unos kits que contienen plantas puramente ornamentales. La sociedad en la que vivimos nos ha acostumbrado a descuidar lo que tenemos a mano para vendernos mejor sus innovaciones, y ha entrado en escena la figura del jardinero que busca sin descanso novedades. De hecho, las nuevas plantas y creaciones no representan a menudo más que un interés estético. ¿Por qué buscar una especie exótica o una planta con flores dobles si no hemos dedicado ni un minuto a las plantas autóctonas que nos ofrecerán más ventajas?
Por suerte, la sensibilidad del público por la protección del paisaje, la ecología y la lucha contra la desaparición de las especies comunes ha evolucionado. Parece que una nueva vía se abre gracias al redescubrimiento de las especies locales y regionales que han formado siempre los setos de nuestro entorno.
Los setos de nuestros campos son hermosos desde la primavera hasta el otoño, y contribuyen a crear paisajes fabulosos.
El lector que desee plantar y mantener un seto o restaurar un antiguo seto autóctono encontrará en esta obra, a través de una exposición simple y práctica, los elementos que le permitirán llevar a cabo esta empresa, así como las recomendaciones para evitar problemas. Con la ayuda de tablas, esquemas e ilustraciones, será capaz de hacerse una idea de las plantas indígenas que mejor se adaptan a la función que pretende darles: setos para cercados, cortavientos, refugios de fauna silvestre, etc. Se mencionan igualmente algunos arbustos ornamentales que podrían ayudarle a formar un seto campestre situado en un entorno urbano.
Por último, en atención a los numerosos jardineros preocupados por el medio ambiente, este libro hace hincapié en el importante papel que desempeñan los setos en la preservación de la biodiversidad, e intenta ayudarnos a descubrir cómo el árbol trasmocho puede tener un lugar en el jardín decorativo.
Historia de los setos

Antes de cumplir una función ornamental, los setos han sido siempre elementos útiles.
El seto vivo (formado con plantas vivas, en oposición al seto seco, formado por un trenzado de ramas cortadas) sirvió probablemente para la defensa de villas y pueblos desde la aparición de las primeras comunidades humanas hasta la Edad Media. Algunos topónimos todavía son testimonio de ello. Estaban formados por alineaciones forestales mantenidas para cumplir esta función en el momento en que se empezaron a roturar los campos.
La aparición de la agricultura y la ganadería en el neolítico favoreció la agrupación de los hombres y el seto encontró una nueva utilidad: proteger los cultivos e impedir la dispersión de los animales domésticos. Si bien existen testimonios de la presencia de setos vivos en los campos desde finales del primer milenio, no sería hasta el siglo XVI cuando se generalizase su plantación en las regiones ganaderas. Esta organización del territorio dio lugar a paisajes típicos denominados actualmente boca ges.
En Europa, se encontraban principalmente en la zona occidental, de clima oceánico suave y húmedo. Su función principal consistía en delimitar las parcelas, pero los setos ofrecían también forraje (se recogían las hojas de fresnos y olmos, las bellotas de las encinas, etc.), bayas y frutos comestibles así como plantas medicinales. La madera de los setos constituía igualmente un recurso de gran importancia: madera para la elaboración de enseres domésticos, gavillas para los hornos de pan y leña para la cocina, la forja, la cerámica…
En Francia, que acogía la mayor parte de los setos europeos, la caída del Antiguo Régimen y la redistribución de tierras hicieron crecer en gran medida el número de campos cercados. Los boca ges siguieron progresando hasta principios del siglo XX, cuando llegaron a su apogeo, y retrocedieron de modo espectacular después de los procesos de concentración parcelaria de la década de los sesenta. Se estima que entre los años 1960 y 1980 fueron destruidos 600 000 kilómetros de setos y taludes boscosos, lo que correspondería a la mitad de su longitud total.
Aunque algunos lo considerasen un progreso, supuso en realidad una catástrofe ecológica y económica en muchas regiones. Un siglo de despilfarro de combustibles fósiles abundantes y baratos nos han hecho olvidar el gran potencial que representan estos «bosques lineales» desde el punto de vista de los recursos energéticos.
Setos De Campo, Setos De Ciudad…
Setos vivos, silvestres, floridos, ecológicos, cinegéticos y compuestos… ¿Qué se esconde tras estos términos? ¿Cuál elegir cuando se desea crear sencillamente un seto agradable a la vista en cualquier estación, que preserve nuestra intimidad, que atraiga a las aves y ampare a los insectos beneficiosos?
Antes que nada, hay que plantearse lo siguiente. Si consultamos el diccionario de la Real Academia, encontraremos la siguiente definición: «seto (Del lat. saeptum). 1. m. Cercado hecho de palos o varas entretejidas». Sin embargo, intentemos ir más lejos.
Es frecuente agrupar bajo la expresión genérica setos vivos los grandes setos silvestres. Las otras denominaciones han surgido de la pluma de autores que han descrito o experimentado agrupaciones vegetales destinadas a funciones muy precisas. Determinadas composiciones pretenden ser decorativas; otras, más utilitarias; y los nombres que se les han atribuido las definen claramente.
Para esta obra dedicada al jardín, hemos seleccionado el concepto de seto campestre. Muy cercano a los setos naturales, adecuado tanto para la ciudad como para el campo, el seto campestre reúne todo aquello que esperamos de un seto: utilidad, productividad, belleza y ecología. Encaja, por tanto, en los temas que se desarrollarán a lo largo de las siguientes páginas de este libro.
Setos Campestres: Hermosos Y Útiles
Resplandecientes cuando florecen, brillantes cuando llega el otoño, poco sensibles a los fenómenos climáticos y a las enfermedades, los setos campestres forman parte de cualquier proyecto de jardín, sea cual sea su tamaño, estilo o destino. Contribuyen a la mejora de nuestro entorno y nos acercan a la naturaleza.
Los árboles y arbustos de nuestra campiña no carecen de atractivo. Los setos formados con especies mezcladas dan lugar a una gama cambiante de verdes, oro y púrpura a lo largo de las estaciones, tal como sucede con las formaciones vegetales de nuestros bosques y parques. Por su carácter mimético, se integran perfectamente en el entorno, un motivo más que suficiente para prestarles atención. Aunque se compongan de especies procedentes del medio natural más próximo, el valor decorativo de los setos campestres es indiscutible, y nada tienen que envidiar a las composiciones de carácter ornamental; al mismo tiempo, constituyen una formidable reserva de biodiversidad.
Los jardineros son cada vez más sensibles a las teorías de la jardinería «natural». Incluir las hierbas y las flores silvestres en el jardín, cambiar sus modos de gestión y dejar que interactúen se ha convertido en algo más que una moda, a saber, en toda una forma de vida, ya que plantar los setos campestres para ofrecer un refugio a las especies silvestres coincide plenamente con la concepción de una jardinería «ecológica» y «sostenible».
Setos silvestres y campestres, numerosas similitudes…
Las concentraciones parcelarias, que hicieron desaparecer en un siglo tres cuartas partes de los setos4, pusieron en evidencia la importancia que estos tenían. Las consecuencias se manifestaron desde las primeras tormentas y las intensas lluvias que siguieron a la modificación de las parcelas agrícolas. Los tejados dañados y las catastróficas inundaciones de la década de los setenta revelaron la influencia que tenían los setos sobre el clima local y la hidrología. Más tarde, aparecieron en estas regiones procesos de erosión desconocidos hasta entonces, se redujo el rendimiento de la producción lechera, las aguas superficiales sufrieron un fenómeno de polución debido al exceso de abono y aumentaron las plagas.
¿Cuáles son las ventajas de un seto mixto?
Las ventajas de un seto mixto sobre los muros y los setos perennes son numerosas. Su capacidad para atenuar el ruido y la acción que ejerce, por ejemplo, en el control del viento y de las aguas de escorrentía son innegables. Los setos pueden convertirse también en «defensivos» cuando están formados por plantas espinosas.
UN SETO CONTRA EL RUIDO
En las zonas urbanizadas, el ruido provocado por la circulación resulta a menudo molesto, y aunque una plantación no elimine el ruido, puede atenuarlo. Esta atenuación depende directamente de su densidad y naturaleza. Un seto caduco, denso y ancho es más eficaz en verano que un seto recortado. Resulta igualmente útil para fijar las partículas emitidas por los vehículos.
EL SETO Y EL CLIMA
Al contrario de lo que se piensa, un muro o un seto denso de coníferas o de plantas de hoja ancha es un pobre cortaviento. Para frenar el efecto perturbador del viento, sólo resulta eficaz un seto perfectamente homogéneo de árboles y arbustos con hojas que esté plantado en perpendicular a la dirección de los vientos dominantes, un hecho que se debe tener en cuenta. Se calcula que la protección efectiva aportada por un seto de hoja se sitúa entre cinco y quince veces su altura, de manera que con un pequeño cortaviento de cuatro metros de altura se protegería una extensión de cuarenta metros, más que suficiente para un jardín. Los árboles transpiran y aumentan sensiblemente la humedad ambiental. Esta particularidad, unida al hecho de que producen sombra, puede convertirse en una fuente de confort durante los calurosos días de verano. Además, hay que tener en cuenta que una casa resguardada del viento consume menos energía, lo que supone un beneficio indudable.
EL SETO, LA EROSIÓN Y LA ESCORRENTÍA
Los setos rurales tienen gran importancia en el control de la escorrentía y de la erosión en las zonas agrícolas de relieve accidentado, y lo mismo sucede en el jardín. Aunque las superficies no sean equiparables, nos afecta a todos. Resultará tanto más útil si está situado junto a un campo donde se practique una agricultura de tipo intensivo, con pulverización masiva de pesticidas. A veces, el desplazamiento de los productos del tratamiento podría resultar molesto. Un seto alto que rodee el cultivo puede proteger, al menos parcialmente, el jardín… y, aún más importante, la salud de sus propietarios.
El Seto, Reserve De Biodiversidad

A pesar de que ninguna especie animal o vegetal es propia del seto, este reúne más diversidad y densidad que el medio en el que se encuentra, como han podido constatar los naturalistas. El seto constituye un refugio para la vida salvaje.
Los ecólogos comparan los grandes setos silvestres con los bosquecillos situados en las lindes de los auténticos bosques. Su organización vertical es plenamente comparable con la de las masas forestales. De arriba abajo, encontramos la misma estratificación de elementos: árboles, arbustos, arbolitos y, al nivel del suelo, una cubierta compuesta por plantas herbáceas con flor, helechos, musgos y hongos. Esta capa, a menudo destruida por el cortacésped o los herbicidas, concentra una parte importante de la fauna del seto (véase el capítulo «Crear una linde florida».
Para un observador medio, es fácil constatar que la fauna que ocupa las partes altas de un seto difiere de la que frecuenta los niveles más bajos. El secreto de la riqueza faunística de los setos reside en la distribución de las especies según los niveles de vegetación y en la ausencia de competencia por los recursos alimentarios. Esa diversidad de fauna depende sobre todo de la diversidad de flora. Ya sean naturales o plantados, los setos evolucionan.
Árboles, arbustos, bejucos y herbáceas aparecen espontáneamente, nacidos de semillas naturales transportadas por el viento o los animales. Mediante la acción de microorganismos especializados, el suelo se transforma y se enriquece gracias al humus aportado por la descomposición de las hojas muertas, la madera y los cadáveres de los animales. Esta evolución corre pareja con el aumento de la biodiversidad. Así se han creado los más ricos biotopos de los paisajes agrícolas.
Setos para contrarrestar la pérdida de biodiversidad
La biodiversidad del planeta está en peligro. Entre las especies en peligro se encuentran muchas de las que denominamos naturaleza común: plantas, peces, batracios o mariposas que hasta ayer eran comunes. Debemos tomar conciencia y hacer lo que esté en nuestra mano para alejar este peligro. Es indudable que plantar setos en nuestro jardín no salvará al planeta, pero cualquier acción que beneficie a la naturaleza será también positiva para nuestros hijos. Las plantas o las comunidades de plantas acogen gran cantidad de especies animales que viven a expensas de ellas. Atrayendo a otras especies predadoras o parásitos, forman cadenas alimentarias más o menos complejas. Todas las plantas autóctonas inciden de una u otra manera en la biodiversidad, lo que no sucede siempre con las exóticas. Las plantas que proceden de otros y las variedades ornamentales estériles o con flores dobles son a menudo abandonadas por la fauna salvaje de nuestras regiones, especialmente los insectos; tienen poco interés desde el punto de vista ecológico. Por el contrario, la flora autóctona atrae y ampara una fauna diversificada que se reparte sus productos.
Para tener una mejor idea de Setos vivos .Entenderlo, ayudarlo, por favor continúe esta emocionante aventura haciendo clic en Amazon Spain, Amazon Mexico, Amazon US, Amazon UK, Amazon Australia, Amazon Canada, Amazon India, Casa deLibro, Google, Apple, Scribd, Barnes & Noble, Bookmate, Kobo, Bookbeat, Fnac, 24 Symbol, Amabook,…
Otras lecturas:




