Animales, Mascotas y Naturaleza

Los peces tropicales marinos – Marine tropical fish

El siguiente texto es un extracto del libro Los peces tropicales marinos (ISBN: 9781683256519) Conocerlo, entenderlo, interpretarlo y ayudarlo, escrito por Gelsomina Parisse, publicado por de Vecchi /DVE ediciones.

¿De Dónde Vienen Nuestros Peces?

Los criaderos y los ambientes naturales

A diferencia de lo que ocurre con los de agua dulce, la gran mayoría de peces marinos tropicales que se pueden encontrar en los comercios todavía se capturan directamente en el medio natural. Son pocas las especies que se crían para el mercado acuariófilo, en criaderos especializados, situados principalmente en el sur de Estados Unidos y en Europa: algunos peces payaso (Amphiprieon ocellaris, A. frenatus), peces cardenal (Sphaeramia nematoptera), peces cometa (Calloplesiops altivelis) y caballitos de mar (Hippocampus spp.).

Esto se explica por las dificultades que comporta la alimentación de los peces marinos durante los primeros meses de vida. Muchas especies ponen numerosos y minúsculos huevos que, al eclosionar, dan lugar a larvas microscópicas, a menudo completamente diferentes de los ejemplares adultos. Estas larvas llevan una vida planctónica y se nutren de microorganismos, difíciles de encontrar para el acuariófilo.

Otras causas de igual importancia son la carencia de dimorfismo sexual en gran parte de las especies que se mantienen en acuario (no se aprecia exteriormente la diferencia entre el macho y la hembra), así como la necesidad que tienen las especies de mayor tamaño y más territoriales (pomacántidos, quetodóntidos, acantúridos, balístidos, etc.) de disponer de espacios amplios para poder vivir varios ejemplares en un mismo contenedor.

Actualmente, en el mercado español sólo es posible encontrar ejemplares nacidos en cautividad de pocas especies. Son más baratos y están mejor adaptados al acuario que los salvajes, pero la oferta es limitada. Es una auténtica lástima, porque el futuro de la acuariología marina depende precisamente de la reproducción en cautividad. Las normativas internacionales sobre la protección de las especies animales son cada vez más rigurosas, y esto comportará, tarde o temprano, la prohibición total de las capturas en medios naturales.

En la actualidad, la captura de los peces marinos corre a cargo de pescadores profesionales. En países pobres, como Filipinas, representa la única o la principal fuente de ingresos de muchas familias.

Asimismo, es lamentable que para pescar las especies más cotizadas y difíciles de capturar todavía se utilicen sustancias tóxicas (compuestos de cianuro o de extractos de plantas venenosas) que, además de aturdirlas, les causan daños irreversibles, especialmente en el hígado y en el sistema nervioso, y son responsables de muertes «inexplicables» que tienen lugar días después de la captura.

En muchas ocasiones, las zonas de captura están muy alejadas de las ciudades y de los aeropuertos, y los peces tienen que soportar un viaje largo y en malas condiciones, por tierra y por mar, a bordo de piraguas inestables o vehículos inadecuados, hasta llegar a los depósitos del exportador, donde pasarán un breve periodo de aclimatación antes de ser facturados por vía aérea a los mayoristas europeos. En el punto de exportación los peces empiezan a acostumbrarse a vivir en contenedores de agua y se familiarizan con el alimento artificial, aunque la aclimatación propiamente dicha (no sólo la cuarentena sanitaria, sino también la adaptación a la vida en el acuario) tiene lugar en el punto de importación, desde donde se sirven a los lugares de venta especializados, que los comercializan bien aclimatados y con la cuarentena cumplida.

La cuarentena tiene una importancia fundamental, aunque por desgracia algunos vendedores demuestran desconocerla cuando compran en transshipping, es decir, directamente al exportador, sin la mediación del mayorista importador. Pero lo barato acaba saliendo caro, ya que, aparte de que el ahorro no es significativo, corren el riesgo de recibir peces enfermos, con estrés y que sólo aceptan alimento vivo.

Los grandes centros de exportación

Más del 90 % de los peces marinos tropicales que nadan en las peceras de los establecimientos del sector proviene del área indopacífica, que se extiende desde las costas orientales de África hasta la Polinesia y las costas de Hawaii. En España son raros los peces procedentes del Caribe y del área tropical atlántica americana, que lógicamente están mucho más difundidos en el mercado estadounidense. También son raros y costosos los peces de la Gran Barrera, debido a la rigurosa normativa proteccionista australiana. De Sri Lanka nos llegan espléndidos ejemplares adultos de pomacántidos, quetodóntidos y acantúridos que, sin embargo, no se aclimatan fácilmente a la vida en acuario. De Indonesia, concretamente de los centros de captura y exportación de Bali y Yakarta, procede una variedad más amplia de especies. Son típicos de las aguas indonesias los Pterois, los peces ángel enanos, los meros, las morenas, los pomacéntridos, etc. Sin embargo, hoy por hoy el mayor número de peces coralinos que vive en España proviene con toda seguridad de Filipinas. Las aguas de Singapur no son particularmente ricas en peces de acuario. En contrapartida, en este pequeño pero eficiente estado operan los exportadores más cualificados que canalizan hacia Europa buena parte de los peces pescados en el área indopacífica.

Los magníficos peces del Mar Rojo merecen una atención especial. Muchos de ellos son exclusivos de estas aguas, que para nosotros constituyen el trópico más cercano. De un tiempo a esta parte, los países de esta zona están privilegiando el turismo, imponiendo medidas severas de protección que dificultan o impiden la pesca para el mercado acuariológico. Consecuencia de ello es que, pese a su relativa cercanía, los peces que nos llegan del Mar Rojo, de calidad y generalmente en perfectas condiciones (debido a la brevedad del viaje), también suelen ser muy caros y dirigidos, pues, a un mercado selecto.

Del Comercio A Nuestro Acuario

La elección

Los peces de agua salada no se venden en todos los comercios, y en muchos establecimientos donde se encuentran la oferta es escasa. Por ello, el acuariófilo tiene por costumbre visitar periódicamente varios puntos de venta y comprar cuando se le presenta una ocasión interesante. Si en el caso de los peces de agua dulce se insiste siempre en la importancia de que el vendedor sea entendido y ponga a la venta animales sanos y con la cuarentena realizada, cuando nos referimos a los peces de agua saldada este aspecto reviste una importancia fundamental. Conviene desconfiar sistemáticamente de los peces ofrecidos a un precio bajo. Casi siempre serán peces adquiridos por el propio comerciante en transshiping, es decir, importados directamente de los lugares de origen, prescindiendo de los canales de venta de los mayoristas. El ahorro es sólo aparente, porque muy pocos comerciantes poseen la experiencia y la infraestructura suficientes para que los animales recién importados realicen correctamente la cuarentena, con lo cual el acuariófilo asume todos los riesgos de una aclimatación larga y a menudo problemática.

Cuando se compra por primera vez, no queda más remedio que fiarse de la honestidad y de la competencia profesional del vendedor. En cualquier caso, es conveniente seguir algunos consejos que le orientarán en el momento de realizar la elección.

En primer lugar, nunca hay que dejarse llevar por la ilusión de comprar un ejemplar que se ve por primera vez; la compra debe ser programada. Esto significa que antes de elegir una u otra especie es necesario conocer sus características y sus exigencias en cuanto a mantenimiento (las fichas de consulta del capítulo «Fichas de las especies» le resultarán muy útiles). Si nos gusta un pez del que no sabemos nada, no nos precipitaremos. Es preferible documentarse y después volver a la tienda con las ideas claras. Si entonces el pez ya ha sido vendido, buscaremos otro ejemplar con las mismas características.

El estado de salud de un pez no siempre es fácil de determinar. Por ejemplo, las enfermedades en proceso de incubación sólo pueden ser detectadas mediante análisis que no están al alcance del aficionado a la acuariofilia. Sin embargo, observando con detenimiento un pez se pueden obtener indicaciones muy valiosas. Los peces nerviosos, que continuamente restriegan el cuerpo contra el fondo o los objetos sumergidos, con toda probabilidad tendrán parásitos cutáneos; hipótesis que quedará confirmada en un estadio más avanzado de la colonización si aparecen unos puntitos en las aletas y en las zonas opacas de la piel. Los enrojecimientos anómalos, especialmente en las aletas, el vientre y la boca, son un síntoma de que el animal sufre una enfermedad de origen bacteriano. La respiración acelerada y los movimientos convulsivos pueden estar causados por parasitosis branquiales o por las malas condiciones del agua. Las aletas deshilachadas o con irregularidades en los contornos generalmente vuelven a crecer. Cuidado, en cambio, con las irritaciones y las lesiones cubiertas de una pátina blanquecina.

El comportamiento del pez es un inestimable indicador de su salud. La única premisa que se requiere es conocer el comportamiento natural de la especie en cuestión para tenerlo como punto de referencia. El nado con balanceo y las aletas cerradas, usando sólo las pectorales, por ejemplo, es totalmente normal en muchos lábridos, pero resulta sospechoso si se observa en gran parte del resto de peces coralinos.

La edad es otro factor importante. En líneas generales, hay que preferir los ejemplares jóvenes, porque se aclimatan mejor que los adultos, aunque no siempre ocurre así. Además, no es raro encontrar ejemplares minúsculos y baratos de algunas especies cotizadas, que en la jerga reciben el nombre de tiny, que son mucho más delicados que los de la misma especie, pero un poco mayores.

Por último, habrá que sopesar también la procedencia. Por motivos éticos y prácticos (mayor resistencia), procuraremos comprar peces reproducidos en cautividad, y no ejemplares de captura. En cualquier caso, la oferta de estos últimos está condenada a disminuir sensiblemente en los próximos años.

El transporte y la aclimatación

En cuanto a las especies de agua dulce, los peces coralinos han evolucionado en un ambiente bastante estable en el tiempo y en el espacio. En consecuencia, normalmente son muy sensibles y delicados respecto a las operaciones relativas al transporte y a la aclimatación en cualquier acuario.

El embalaje individual (un solo pez en una bolsa), aconsejable para todos los peces de acuario, resulta indispensable en los peces coralinos, y debe ser exigido en caso de que algún vendedor pretenda introducir más de un ejemplar en la misma bolsa. Muchos peces marinos (acantúridos, escorpénidos, pomacántidos, quetodóntidos, balístidos, etc.) tienen espinas en la cola y en los opérculos, radios espinosos en las aletas, etc. Por esta razón, deben ser transportados en bolsas de paredes gruesas, si es posible dobles, y, en los casos de mayor riesgo (como, por ejemplo, los peces escorpión) con placas protectoras de plástico rígido o de poliestireno.

La bolsa para el transporte ha de contener 1/3 de agua y 2/3 de aire (¡que no proceda de nuestros pulmones!) u oxígeno, según la duración prevista para el viaje. Verano e invierno son las estaciones del año en las que el transporte es más delicado a causa de las temperaturas extremas que se registran. El uso de una caja o una bolsa isotérmica es una precaución muy aconsejable.

Una vez en casa, se dejarán flotar las bolsas en el acuario por espacio de unos minutos para que se iguale la temperatura del agua de la bolsa a la del agua de la pecera. Apagar las luces servirá para que los peces se tranquilicen. A continuación, se abrirán las bolsas y se fijarán a las paredes con pinzas. Con una taza de café se retirarán pequeñas cantidades de agua de la bolsa, que se sustituirán por cantidades idénticas de agua del acuario.

Finalmente, se soltarán las bolsas, de manera que queden en posición horizontal y los peces puedan salir nadando. Es conveniente que esta operación no se lleve a cabo por la noche o justo antes de ausentarnos de casa, ya que resulta importante realizar un seguimiento de las primeras horas de la adaptación de los recién llegados.

Para tener una mejor idea de Los peces tropicales marinos . Entenderlo, ayudarlo, por favor continúe esta emocionante aventura haciendo clic en Amazon SpainAmazon MexicoAmazon USAmazon UKAmazon AustraliaAmazon CanadaAmazon IndiaCasa deLibroGoogleAppleScribdBarnes & NobleBookmateKoboBookbeatFnac24 SymbolAmabook,…

Otras lecturas:

Leave a Reply

%d bloggers like this: