La cocina china – Aprender a conocer la cocina de las distintas regiones – Chinese cuisine
El siguiente texto es un extracto del libro La cocina china(ISBN: 9781683258766) Conocerlo, entenderlo, interpretarlo y ayudarlo, escrito por Varios AL. Landra , publicado por de Vecchi /DVE ediciones.
Lección I
Breves nociones históricas
Cada cocina cuenta la historia de su país, de su pasado, de su pueblo. Así ocurre con China, donde la gastronomía forma parte integrante de la cultura, el arte y el pensamiento, en estrecha relación con la filosofía y la religión.
La cultura de esta vasta nación asiática hunde sus raíces en tiempos muy antiguos. Tres mil años antes de nuestra era, ya se escribía allí a propósito de cocina, se elaboraban recetas, se escogían platos especiales destinados a las ceremonias religiosas, a acontecimientos o a conmemoraciones de personajes célebres.
Existen piezas arqueológicas que atestiguan la existencia de registros desde la época de la dinastía Zhou, en el siglo XI antes de nuestra era.
La expresión ko p’eng, registrada en esta época, indica que el método de «freír removiendo» se utilizaba ya en las cocinas familiares; lo mismo vale para numerosos sabores comunes, como la salsa de soja, la pimienta y la canela.
En el siglo VI antes de nuestra era, el filósofo Lao-Tse se servía de ejemplos procedentes de la gastronomía para ilustrar el concepto del buen gobierno.
La literatura china es rica en ejemplos de poesía que tratan del arte de la preparación de los alimentos y de la forma de degustarlos.
A lo largo de los siglos, la cocina china continuó su itinerario grandioso hasta la cima, que alcanzó durante la dinastía Song (960-1127), cuando emperadores y dignatarios daban fastuosos banquetes sin reparar en gastos.
En el año 628 de nuestra era, el emperador Tang Taizong (Li Shimin) puso de moda las langostas fritas a modo de tentempié, a fin de demostrar a la población qué las invasiones periódicas de estos insectos, sembradores de hambre y miseria, no eran un signo de la cólera de los cielos sino un acontecimiento natural, y que, por lo tanto, el hombre podía alimentarse de ellos sin peligro, obteniendo así un beneficio de una catástrofe.
En los libros de cocina china se hallan descripciones acompañadas de consideraciones y referencias al sentido de la estética, a la gracia y la belleza de la naturaleza, que enriquecieron las recetas originales y dieron vida a una literatura rica en leyendas y anécdotas. En la célebre novela del siglo XVII Le rêve dans le pavillon rouge (El sueño en el pabellón rojo), la noble Feng-Chieh explica a la campesina Liu, una pariente pobre y sencilla, el arte de cocer las berenjenas. La cocina china, vinculada a un ambiente y a unas condiciones sociales y culturales concretas, es fruto de investigaciones milenarias que aspiran a hacer comestible todo lo que puede digerirse. Su evolución influyó en las cocinas de los países orientales limítrofes. Con el tiempo, también Occidente ha experimentado la influencia china. A finales del siglo XIX, las provincias meridionales de China, las más afectadas por la guerra y las calamidades, vieron partir a los primeros emigrantes en busca de mejor suerte. Al llegar a ciudades como San Francisco, Londres y Melbourne, formaron unas comunidades con frecuencia prósperas. Entonces se modificaron todas las recetas tradicionales para adaptarlas al gusto local, convirtiéndose a veces en verdaderas aberraciones.
Del mismo modo, en Pekín, en 1912, bajo la presidencia del general Yuan Shikai, que quería obtener préstamos de las potencias occidentales, se organizaban banquetes suntuosos pero ignominiosos para los diplomáticos extranjeros, como atestigua Daniel Varé, encargado de negocios en Pekín de 1914 a 1919, en su libro de memorias Le diplomate souriant (El diplomático sonriente).
Hoy en día, los restaurantes chinos abundan en España, como fuente de todo tipo de delicias: mil platos, mil salsas y una ronda de sabores insólitos. Aunque desean conducir el paladar a la búsqueda de refinadas sensaciones, también se encuentra en ellos el ingenio campesino que hace de la necesidad virtud.
Lección II
Aprender a conocer la cocina de las distintas regiones
Debido al gran tamaño del país, a las distintas regiones que lo componen y a la antigua tradición gastronómica que posee, China puede presumir de una cocina muy variada y abundante.
En efecto, esta cocina presenta una gran multitud de estilos, que provienen delas diferentes costumbres, que varían según las regiones, tanto en los ingredientes como en los métodos de cocción.
La carne de cerdo y los huevos son características comunes a todas las regiones, pero cada una de ellas posee sus especialidades, basadas en tradiciones antiguas, pero también en la disponibilidad de los diversos ingredientes.
A grandes rasgos, la cocina china puede dividirse en cinco estilos principales, que corresponden de forma aproximada a las cinco grandes zonas geográficas: septentrional, oriental, occidental, central y meridional.
• El estilo del Norte, o de Pekín, es austero, casi rígido. La cocina incluye carne, sobre todo de cerdo, cocinada sencillamente al estilo kao (asada o al horno), que es la que requiere la cocción más larga. Las pastas a base de distintas harinas, a excepción de la pasta de arroz, el pan de harina de trigo y unas gachas de mijo son también elementos importantes que constituyen uno de los platos básicos de la cocina cotidiana; las aves y las verduras, poco numerosas y entre las cuales la col ocupa el primer puesto, están poco presentes en esta región. Los condimentos son asimismo bastante escasos: ajo, cebolla, salsa de soja y vino de arroz(jiu) para los adobos y las salsas; el uso de la guindilla es muy reducido. El plato más conocido de esta región es el pato lacado, que a menudo se acompaña de tallarines y mermelada de judías.
• El estilo del Este, o de Shanghai, se basa en el consumo de pescado y marisco; como acompañamiento, se utiliza el arroz hervido o el juk, una especie depuré de arroz. El condimento más utilizado es la salsa de soja; los platos son sabrosos y aromáticos, aunque no demasiado picantes. Las verduras se utilizan mucho, servidas como acompañamiento en casi todas las comidas. Se utilizan distintos métodos de cocción: al vapor, a la brasa, salteado en la sartén o en fritura. Es una cocina sabrosa y nutritiva. Los platos principales consisten en una serie de raviolis cocidos al vapor, albóndigas y tallarines de harina de trigo. El plato más conocido es la sopa de nidos de golondrina.
• El estilo del Oeste (Sichuan) se caracteriza por sus especias. La propia región da su nombre a un tipo particular de pimienta negra. Los alimentos son aromatizados, en ocasiones picantes, y se utilizan mucho las setas.
• El estilo del Centro (Yunnan) es especialmente picante. La cocina de esta región es densa y cargada, y utiliza distintas pimientas, guindilla, ajo, cebolla y jengibre. Abunda en especialidades, ya que puede contar con una gran variedad de productos locales. No falta el pescado, en general seco.
• El estilo del Sur, o de Cantón, es el más célebre y conocido en Occidente. En general, se le da preferencia porque es una cocina poco compleja y tal vez más variada que las demás, pues la parte meridional de China es una región subtropical, muy rica en pescado y marisco, pero también en verdura y fruta. El arroz ocupa un lugar principal en esta cocina, seguido de muy cerca por las sopas (la más conocida es la de aletas de tiburón). Los alimentos tienen sabores delicados, obtenidos con condimentos ligeros, y se acompañan de salsas líquidas y transparentes, así como de verduras crujientes. La carne no se utiliza mucho, en particular la de cerdo, y se prefiere el pescado y el marisco. El método de cocción más empleado es el chao, que consiste en freír removiendo sin cesar los distintos ingredientes en un wok, con muy poco aceite y a fuego vivo. La cocina chao es muy rápida, por lo que todo debe estar cortado fino para que la cocción sea completa.
A estos diversos estilos, cabe añadir el oficial, utilizado en los banquetes formales y denominado mandarín. Consiste en un surtido de platos que se consideran los más representativos, o refinados, del conjunto de cocinas regionales.
Lección III
Usos y costumbres chinos
Observamos sobre todo los usos diferentes de los chinos en la mesa cuando se trata de servir la comida.
La comida china tiene una estructura horizontal, pues los platos se sirven al mismo tiempo, de forma que la mesa presente en el mismo momento todo un surtido de alimentos.
Por el contrario, nuestra comida es vertical, pues el menú se descompone según una sucesión de platos ordenados en varios tiempos: pasamos de los entremeses al primer plato y luego al segundo, para acabar con el postre.
En China, la comida familiar conlleva una sola serie de platos, siete u ocho aproximadamente, e incluso más, en cantidad limitada, asociados según criterios de equilibrio y armonía. Eso significa que un plato crujiente se asocia con un plato en salsa; un plato ácido con un sabor dulce, uno picante con un gusto más delicado.
Se comienza por los platos fríos, que se disponen juntos en una bandeja giratoria. El comensal se sirve cogiendo un bocado cada vez de una de las fuentes, que unta en una de las numerosas salsas disponibles en los pequeños cuencos dispuestos en la mesa, y que a continuación se lleva directamente a la boca. Seguidamente, puede venir una serie de platos calientes, acompañados de arroz, a base de carne, pescado o verdura. Luego se sirven los postres, dispuestos en unos platitos colocados en el centro de la mesa. Al final de la comida, se ofrece un caldo o una sopa.
Una comida oficial, o importante, consta de muchos platos y puede considerarse como una serie de pequeñas comidas autónomas, siempre asociadas respetando un principio de armonía, tanto dentro de cada comida como en su sucesión. En este caso, la etiqueta es rígida y complicada, y los platos pueden ser más de treinta.
Los platos fríos, al menos doce, se disponen en círculo sobre la mesa, deforma estética, y permanecen allí hasta el final de la comida. A medida que se desarrolla la comida, se desplazan hacia el centro de la mesa para dejar espacio a los platos principales.
Los platos fríos pueden consistir en fruta confitada, fresca o seca, verduras agridulces, huevos, despojos y jamón.
A continuación, se sirven ocho platos principales, entre los cuales se incluyen, en general, ciertos platos tradicionales célebres como la sopa de aletas de tiburón y el pato lacado, acompañados de arroz u otros platos de acompañamiento.
La comida puede ser larga y durar varias horas.
El anfitrión empieza brindando por sus invitados, diciendo kampai (nuestro “chin chin») para invitarlos a beber. El huésped importante responde invitando a su vez a todo el conjunto de comensales a brindar en honor del anfitrión.
Durante la comida, se sirve té verde muy caliente.
Al final de la comida, se brinda de nuevo en honor del anfitrión para darle las gracias.
En la mesa, el tema de conversación gira en torno a los platos servidos, su nombre, siempre lleno de significados y símbolos, su historia y su tradición.
El cuchillo nunca aparece en las mesas chinas.
Cada fuente está a disposición de todos los invitados, que se sirven directamente con sus palillos.
La mesa suele ser redonda, y el mantel, de color liso; el número de invitados debe ser par.
Nunca debe haber flores sobre la mesa y no se deben regalar a la anfitriona.
Los palillos nunca deben dejarse apoyados en el plato, sino en el mantel o en los palilleros adecuados. Dejarlos clavados en el cuenco de arroz es un signo de hostilidad hacia el anfitrión.
A diferencia de las costumbres occidentales, es de buen gusto mostrarse muy ruidoso en la mesa, para demostrarle al dueño de la casa la gratitud que se siente al saborear la comida que ha preparado.
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