Artesanías y pasatiempos

Decorar con flores – Decorate with flowers

El siguiente texto es un extracto del libro Decorar con flores(ISBN: 9781646998098) Conocerlo, entenderlo, interpretarlo y ayudarlo, escrito por Corrado Maspes, publicado por de Vecchi /DVE ediciones.

Los Utensilios Básicos

Para poder realizar composiciones florales se requieren unos utensilios básicos que se pueden encontrar en la sección de jardinería en las grandes superficies o también en las tiendas especializadas.

Más adelante, en las fichas relativas a la realización de las composiciones, en el apartado dedicado a los materiales, no se hará referencia al cúter ni a las tijeras de diferentes tamaños, ya que resulta evidente su utilización, ni tampoco a las pinzas para doblar y cortar el alambre, necesario para aguantar y para atar los diferentes elementos de las composiciones.

Los contenedores y su preparación

Para lograr un buen efecto final es básico, además de una buena combinación de las flores, escoger el recipiente más adecuado. Hay que tener en cuenta que las dimensiones y la forma de la maceta pueden determinar hasta qué flores se han de utilizar en la composición.

Generalmente, un recipiente alto será más adecuado para introducir en él flores de tallo largo, mientras que un florero pequeño o un tazón servirán para flores de tallos cortos y delicados. Realmente algunas veces puede resultar de gran efecto utilizar estos recipientes de manera poco convencional, saltándose las normas.

Si, por ejemplo, es necesario esconderlos tallos de las flores en el florero, se podrá utilizar un recipiente de cristal coloreado oscuro o mate, o «transformar» un florero transparente cubriéndolo de hojas de grandes dimensiones, etc.

Por esta razón, aconsejamos a la persona que le guste verse rodeada de flores que compre aquellos recipientes (florero de cristal, de terracota, etc.) que más se adaptan a sus gustos; de esta manera, siempre tendrá a su disposición el recipiente adecuado para cada tipo de composición.

No existen normas generales para la preparación de los recipientes. Habrá que actuar cada vez sobre la base del recipiente escogido según el destino que se le vaya a dar.

Las flores y los elementos vegetales

Consejos para la elección y la utilización

La elección de las flores y de todos los elementos que van a formar parte de las composiciones se ha de hacer basándose en el periodo de utilización y prefiriendo las flores dela estación en la que se esté, ya que duran más y son más bonitas. Las flores compradas en las tiendas son casi siempre de muy buena calidad y frescura, ya que vienen tratadas con productos específicos para hidratarlas al máximo. No se tienen que infravalorar, de todas formas, las flores de campo o de jardín. Por esta razón, es importante conocer las fases de floración y maduración de las flores y de las distintas esencias. Finalmente, dando un simple paseo por el campo se pueden sacar buenas sugerencias observando la forma y el desarrollo natural de las plantas.

Se tienen que utilizar las flores de la manera más natural posible, evitando transgresiones demasiado exageradas. Un ejemplo: los girasoles, flores totalmente erectas, no se tienen que utilizar nunca en ramos con caída. Tampoco se han de olvidar la ocasión, la celebración y el destinatario. Por ejemplo, para celebrar un nacimiento quedará bien el blanco, el rosa y el celeste. En las fichas relativas a las composiciones se encuentra siempre una sugerencia referente a la utilización, que obviamente tiene un valor puramente indicativo. Se ha de «estudiar» el carácter de la persona a la que se quiere ofrecer una composición o un ramo, intentando ver cuáles son sus flores preferidas olas más adecuadas para su personalidad: los girasoles, para los que son sinceros y optimistas; la gizofila, para los que se dedican al arte; las peonias y las flores un poco inclinadas, para una persona romántica; muchos elementos verdes o composiciones realizadas de manera que las plantas parezcan estar en su estado natural, para quien ama estar al aire libre… Las composiciones serán así doblemente apreciadas.

Conservación

Todas las flores y plantas cortadas se deben guardar en condiciones ideales para que mantengan al máximo su frescura. Basta con seguir unas normas. Después de su adquisición, hay que sumergir los tallos en recipientes llenos de agua, limpios y eventualmente desinfectados con unas gotas de lejía diluida con agua, lejos de fuentes de calor, corrientes de aire y sol directo.

Si es necesario, se utilizarán los conservantes específicos para los diferentes tipos de flores, que son también buenos bactericidas.

Si disponemos de un jardín, recogeremos las flores sólo a primera hora de la mañana, cortando el tallo con un cúter o con tijeras de jardinería; el corte tiene que ser limpio.

Si las flores recogidas han de recorrer un trayecto largo hasta su destino, se envolverán en periódico mojado o, mejor aún, se pondrán en cubos con agua. Luego, al llegar, se limpiarán eliminando trazas de tierra, hojas amarillas o estropeadas u otras materias orgánicas que infectarían el agua. Renovaremos el corte del tallo cada vez que cambiemos el agua, cuya temperatura debe ser algún grado superior a la ambiental.

Algunas flores necesitan un tratamiento especial: por ejemplo, los girasoles deben sumergirse siempre en agua tibia para que se hidraten más, y las flores y las ramas de las cuales sale látex cuando se cortan, como el jazmín y la amapola, se tienen que cicatrizar con agua hirviendo y la llama de una vela antes de ponerlas en agua.

El narciso se ha de utilizar siempre solo en las composiciones, ya que su tallo deja una sustancia nociva para las otras flores.

En la fase de limpieza hay que quitar el trocito de tallo blanco, pues no absorbe el agua.

Los claveles, espuela de caballero y otras flores con el tallo nudoso se tienen que cortar justo encima de uno de estos nudos, para favorecer la absorción de agua. Flores delicadas como la violeta se tienen que hidratar muy a menudo, incluso envolviéndolas durante unas cuantas horas al día en papel de periódico húmedo.

En las flores con tallo vacío (amarilis, loto, etc.) se tienen que llenar de agua los tallos con una jeringuilla, cerrarlos con algodón hidrófilo y guardarlos en agua hasta su utilización.

Para que los tulipanes tengan el tallo más rígido, al comprarlos o al recogerlos se han de enrollar en papel de periódico y se guardarán en posición recta.

Hasta el momento de su utilización, las ramas de mimosa se tienen que conservar en agua un poco tibia y enrolladas con una hoja de politeno cerrada y agujereada. Esta práctica permite una buena hidratación de los capullos gracias al vapor que se crea dentro de la bolsita.

Preparación de flores y hojas

Para que las flores y las hojas que se utilizan en las composiciones se sujeten, es necesario utilizar soportes como alambre y varillas de plástico o de madera. Se muestra aquí cómo prepararlas para su utilización en ramos Biedermeier y en pequeñas composiciones como ramos para novias, indicadores de sitio y broches para fiestas.

En cuanto a las hojas, una vez seleccionadas las más bonitas, con un alambre de tamaño intermedio se han de agujerear por el lado inferior formando una anilla y atándolo al rabillo. Luego se forra con la gutapercha para una mayor protección y mejor estética (figura A).Con hojas largas (dracena, aspidistra, etc.) para utilizar en composiciones con esponja, se ha de reforzar el tallo con una varita forrándola con la gutapercha. Cuando se tengan que utilizar en ramos, se les dará una forma curva agujereando un extremo y pasando el rabillo por este orificio. En la preparación de las flores erguidas se utiliza un alambre, doblando su extremo en «U» y atándolo al tallo con el otro extremo que se habrá dejado más largo.

Para las flores como las rosas, se coloca el alambre debajo de la flor y se va enrollando al tallo, que se forrará luego con la gutapercha. Otras flores, como anémonas, dalias, etc., se pueden sostener con un alambre resistente introducido en el tallo hueco.

En el cáliz de claveles, espadañas, crisantemos, etc. habrá que introducir un alambre proporcional a la dimensión del tallo, formando en un extremo un gancho para fijar la flor, llevando el alambre hacia abajo. Para utilizar flores en composiciones en las cuales no se puede emplear la esponja (festones, guirnaldas para colgar, etc.) se venden en las tiendas unas ampollas de plástico para llenar de agua en las que se introduce el tallo de la flor. Como alternativa se puede utilizar una bola de algodón hidrófilo mojado en agua, que se enrollará al tallo y se fijará con película plástica y gutapercha.

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